La pirámide de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, en Teotihuacán, se ha visto afectada debido a la humedad, lluvia acida y la contaminación de la CDMX y para arreglar ese deterioro el INAH dará a conocer un programa de preservación.

La primera etapa es el mantenimiento de la estructura y la recuperación de la misma, la cual será atendida de forma integral, así lo aseguró el arqueólogo Sergio Gómez, quien ha trabajado ahí por más de quince años.

“No es una decisión que se pueda tomar a la ligera, por tal razón, un equipo interdisciplinario conformado por arqueólogos, restauradores, arquitectos e ingenieros físicos y químicos está analizando la situación para proponer una solución y frenar el deterioro de la pirámide”.

El templo de la serpiente emplumada era el pilar que sostenía la parte alta de la pirámide, parecía como un cuarto donde resguardaban imágenes de las deidades veneradas ahí, comentó Gómez.

“Con el descubrimiento que hemos hecho con el túnel que pasa por debajo del templo estamos estableciendo un vínculo muy estrecho entre la concepción que tenían los antiguos pueblos mesoamericanos sobre el cosmos”.

Los resultados de la investigación sobre la exploración del túnel los darán a conocer durante la VI Mesa Redonda de Teotihuacán “Orígenes, auge, colapso y herencia” del 16 al 18 de noviembre.

La pirámide de la Serpiente Emplumada tiene una escalinata en su fachada principal que está adornada  con cabezas de serpientes de cascabel que tienen una lengua bífida, fue esculpida y pintada totalmente con estucos y acabados en blanco.