El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe máximo de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, acordaron trabajar para consolidar la implementación del acuerdo de paz, que cumplió su primer año después de la firma el 24 de noviembre de 2016 en esta capital.
El mandatario y el líder y candidato presidencial del nuevo movimiento político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) se reunieron durante más de cuatro horas para evaluar de forma conjunta las diferentes dificultades que tiene la implementación del acuerdo de paz.
“Hicimos una revisión exhaustiva de todos los puntos. El punto de seguridad, el punto de reincorporación, el punto del avance en materia jurídica, legislativa. En la composición de las listas (para las elecciones del congreso)”, sostuvo el mandatario al finalizar el encuentro.
Dijo que concluyeron “como lo dijo el instituto que le hace seguimiento a la implementación de los acuerdos, que el vaso está medio lleno, que hemos avanzado y que tenemos que hacer un esfuerzo, juntos para llenarlo a la mayor brevedad posible”.
“Quedamos de hacer reuniones cada cierto tiempo para revisar los avances en todos los puntos y eso es lo que vamos a hacer de aquí en adelante”, agregó.
Santos señaló que salió del encuentro con el jefe de las Fuerzas Armas Revolucionarias de Colombia (FARC) “muy satisfecho y vamos a trabajar –como venimos trabajando– para que el cumplimiento de los acuerdos siga avanzando”.
Por su parte, el jefe de las FARC sostuvo que fue “una reunión muy intensa en la que hicimos toda una revisión de los temas más importantes del acuerdo. Fue un intercambio necesario porque necesitamos más comunicación entre nosotros”.
“La conclusión es que todos nos pusimos de acuerdo en que el vaso está medio lleno y lo vamos a llenarlo entre todos”, enfatizó Londoño, quien reiteró que el “fin del conflicto armado es un hecho».
En ocasión del primer año del acuerdo de paz, Londoño manifestó que la paz avanza pero expresó preocupación por “las cifras crecientes de ex combatientes y sus familiares muertos, de dirigentes sociales asesinados, de comunidades amenazadas y desplazadas que exponen cuánto falta al Estado para cumplir su palabra”.
En su opinión hacen falta “planes y recursos, presencia económica y social, combate abierto a la criminalidad. No se entiende que gente nuestra sea obligada a abandonar los espacios”.
“No podemos fijar que cada 24 de noviembre sea la conmemoración feliz de la firma del acuerdo final, como si este documento histórico se hubiera convertido en realidad”, subrayó el jefe de las FARC.
Por el contrario, agregó, “esta fecha ha de representar un clamor nacional, el aliento a una gigantesca movilización de colombianos y colombianas porque se cumpla sin burlas lo pactado. Llenemos de vida el acuerdo, limpiemos de cizaña el futuro”.