El aeropuerto internacional de la isla indonesia de Bali volvió a funcionar el miércoles luego de la erupción de un volcán que forzó su cierre, pero el presidente del país dijo que el peligro no ha pasado y pidió a quienes siguen en la zona que se marchen “por su propia seguridad”.
Las nubes de ceniza volcánica, que alcanzaban los 7.600 metros de altura (25.000 pies), cambiaron de rumbo hacia el sur y el sureste del Monte Agung, dejando libre el espacio aéreo del aeródromo para que los aviones puedan operar, explicó el portavoz del aeródromo, Arie Ahsannurohim.
El aeropuerto estaba cerrado desde el lunes por la mañana, causando problemas a decenas de miles de pasajeros que intentaban llegar o salir del popular destino vacacional. Las partículas de ceniza son un peligro para los aviones y pueden provocar problemas en los motores.
El presidente Joko «Jokowi» Widodo, ordenó a todos los ministerios y agencias implicados, además de al ejército y a la policía, que ayuden al gobierno de Bali en esta situación,«espero que no haya víctimas por la erupción”, comentó.