El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó una nueva línea de crédito flexible (FCL) a México por 88 mil millones de dólares por dos años, y canceló el acuerdo anterior por el mismo monto, anunció este jueves el organismo multilateral.
Como en el acuerdo anterior, el fondo dijo que las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar a estos fondos un carácter precautorio, al enfatizar que la línea de crédito está diseñada para la prevención de crisis, al facilitar el acceso a estos fondos en cualquier momento.
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A diferencia de los programas crediticios tradicionales, el acceso a esta línea no se sujeta al cumplimiento de políticas específicas y su aprobación es un reconocimiento a los sólidos antecedentes de los países que califican para la FCL y la confianza de que mantendrán ese curso.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, anticipó que el nuevo acuerdo de crédito continuará siendo importante en el apoyo a la estrategia macroeconómica de las autoridades mexicanas, lo que proporcionará un seguro contra riesgos externos y reforzará la confianza de los mercados financieros.
“El ambiente de riesgo global ha mejorado, pero el riesgo de un cambio abrupto en las relaciones comerciales de México, o de un aumento en la volatilidad de los mercados financieros y una brusca recuperación del capital de mercados emergentes, continúa siendo alto”, dijo.
En una declaración escrita, Lagarde hizo notar que México ha navegado con éxito un entorno externo complejo, y dijo que aunque ha mostrado capacidad de recuperación se prevé un menor crecimiento a corto plazo, en medio de una incertidumbre derivada de sus relaciones comerciales y políticas macroeconómicas externas más estrictas.
Destacó la solidez macroeconómica e hizo notar que la política monetaria se guía por un marco de metas de inflación en el contexto de un tipo de cambio flexible; en tanto, la política fiscal se mantiene enfilada a lograr una reducción en la relación deuda pública–PIB.
Indicó que el marco regulatorio y de supervisión financiera es sólido, a la vez que las autoridades han implementado una ambiciosa agenda de reformas estructurales que, dijo, “está empezando a mostrar resultados y debería ayudar a impulsar el crecimiento a mediano plazo”.
Asimismo, hizo notar que la inflación ha comenzado a desacelerarse tras registrar un repunte temporal, pero advirtió que dados los estrechos vínculos de México con la economía global, particularmente con Estados Unidos, “su economía sigue estando expuesta a riesgos externos tanto a través de los canales comerciales como financieros”.
“Las autoridades siguen comprometidas con mejorar la capacidad de recuperación de México frente a shocks externos mediante la implementación constante de los planes de consolidación fiscal en curso, el continuo anclado de las expectativas de inflación y la reconstrucción gradual de los colchones de reserva”, dijo.