Durante su registro como precandidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador detalló 10 compromisos de su proyecto de nación.
En la colonia Roma Norte de la Ciudad de México, el político tabasqueño enumeró en un decálogo los ejes de su proyecto, encabezados por la promesa de que a partir del 1 de diciembre de 2018, habrá un Estado de Derecho, “al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie”.
Garantizó que se respetarán las libertades y los Derechos Humanos, elecciones libres y limpias y que se acabarán los fraudes electorales.
En cuanto a la política exterior, se guiará por los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, manteniendo una relación de amistad y cooperación con los Estados Unidos, “pero no aceptaremos maltratos ni actitudes racistas”, agregó.
Su segundo punto fue sobre eliminar la corrupción, suprimir fueros y privilegios, bajar los sueldos “de los de arriba, empezando por el del Presidente… y aumentaremos las percepciones de los de abajo”.
El tercero aseguró promover el desarrollo en todo el territorio nacional descentralizando el gobierno federal. Su propuesta inicial es ubicar la Secretaría de Turismo en Chetumal; Pemex en Ciudad del Carmen; la Comisión Nacional del Agua en Veracruz; la Secretaría de Educación Pública en Puebla; “repartiendo” las dependencias por diferentes entidades, manteniendo Gobernación, Hacienda, Relaciones Exteriores, Defensa y Marina en la Ciudad de México.
El campo y el sector energético
En el cuarto punto resaltó el rescate al campo y a sus pobladores del abandono y la pobreza, dando prioridad a los pueblos indígenas. “El propósito es que el país sea autosuficiente en maíz, frijol, arroz, trigo, sorgo, leche… vamos a producir en México los alimentos que consumimos”, aseguró.
Un quinto eje fue dedicado al sector energético, proponiendo “detener la caída en la producción de petróleo, gas, gasolinas, diésel y petroquímicos”, modernizar las refinerías existentes y construyendo dos más para “dejar de importar los 600 mil barriles diarios de gasolina que se compran con sobreprecios en el extranjero” y evitar aumentos de precios.
El sexto punto fue promover el desarrollo económico y fortalecer el mercado interno, combatiendo la corrupción y financiando proyectos productivos, además “el Estado asumirá su responsabilidad en la reconstrucción del país y en el apoyo efectivo, general e indiscriminado a los damnificados por los sismos”. Aseverando que se consultará a las poblaciones y con la participación de los sectores privado y social.
Becas a «ninis»
En el séptimo garantizó que los jóvenes tendrán garantizado el derecho al estudio y al trabajo, quienes cursen el nivel medio superior “tendrán una beca mensual y 300 mil universitarios de escasos recursos, un apoyo de 2 mil 400 pesos mensuales”.
También declaró que se contratará a 2 millones 300 mil “jóvenes a los que despectivamente llaman ninis”, y se les otorgará un sueldo como aprendices de 3 mil 600 pesos mensuales. “Becarios sí, sicarios no”, agregó.
Su octavo eje sostuvo que se aumentará al doble la pensión a los adultos mayores, es decir, el equivalente a la mitad de un salario mínimo, como está establecido por ley en la Ciudad de México y que será universal.
El noveno garantizó dejar sin efecto “la mal llamada reforma educativa” y el derecho constitucional a la salud, con atención médica y medicamentos gratuitos a toda la población.
Finalmente, en el décimo punto aseguró que atenderá las causas económicas y sociales que originan la violencia, creando la Secretaría de Seguridad Pública y la guardia nacional para reorganizar e integrar a todas las corporaciones militares y policíacas en un mando único.
En cuanto al tema de la amnistía a delincuentes, reiteró que “haremos todo lo que sea necesario para conseguir la paz; someteremos a debate y consulta principalmente con las víctimas… el único propósito, no hay otro, es explorar todas las posibilidades para detener la violencia y garantizar la tranquilidad del pueblo de México”.
