Este martes se le sentenció arresto domiciliario al ex presidente de la constructora brasileña Odebrecht, Marcelo Odebrecht, condenado por el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil.

El multimillonario salió del Complejo Médico-Penal de Pinhais para trasladarse custodiado por agentes hasta los juzgados de primera instancia de Curitiba, donde además le colocaron un dispositivo electrónico en el tobillo para monitorear en todo instante su ubicación.

Odebrecht tenía planeado viajar en su avión privado hacia su mansión ubicada en una de las zonas más prestigiadas de San Pablo, donde se reencontraría con su familia, según informan medios locales.

«el príncipe», como le apodaban, pasará los próximos dos años y medio en su residencia con la tobillera electrónica y con el paso del tiempo se le irá ampliando el grado de libertad conforme se acerque el final de su pena.

La sentencia fue dictaminada por el juez federal Sergio Moro, encargado en primera instancia del caso Petrobras y quien ha condenado a otros importantes empresarios y políticos.

A finales de 2016, Marcelo Odebrecht y otros 76 ex ejecutivos de la empresa se sentaron con las autoridades y confesaron las prácticas corruptas que llevaron a cabo en Brasil y en otros países de Latinoamérica.