La Guardia Civil ha informado en rueda de prensa de que las pruebas de ADN confirman que el cuerpo encontrado en una nave abandonada el pasado 31 de diciembre en el municipio de Rianxo (A Coruña) es de Diana Quer.
Entre los detalles que ha dado el instituto armado, se ha revelado que el cuerpo se encontraba en el fondo del alijbe donde fue hallado porque estaba atado a ladrillos de hormigón por cintura y hombros. El juzgado de instrucción número 1 de Ribeira ha reabierto el caso que había cerrado provisionalmente en abril de 2017 «por no existir indicios suficientes para dirigir el procedimiento frente a una persona determinada».
Las fuerzas de seguridad han explicado también que van a reevaluar casos de violación y revisar otros de personas desaparecidas en la zona en los que pueda haber «motivación sexual y víctimas muy jóvenes», porque intuyen que desde que José Enrique Abuín, alias el Chicle, intentó violar a su cuñada en 2005 y cuando mató a Quer en 2016, podría haber cometido delitos similares.
El coronel de la UCO Manuel Sánchez Corbí, a cargo de la investigación, ha explicado que desde el primer momento, cuando la joven despareció del municipio de A Pobra do Caramiñal, vieron que «había algo raro». La dificultad de las pesquisas, ha explicado, es que en un primer momento «no hay sospechoso, no hay móvil, no hay nada». Lo poco que sabían es que, voluntariamente o no, se había marchado en un coche.
La investigación del caso de Diana Quer se centró en cuatro ejes: los vehículos, el teléfono, el colectivo de los feriantes y «el malo», un desconocido que podía haber aparecido de la nada. Tenían pocas pistas, pero según ha dicho, «las no pistas dan pistas, porque vamos descartando». El análisis en el terreno de la telefonía ocupó el «último año y pico», ha contado. «De la investigación de 40 cámaras de seguridad lo único que sacamos eran bolas de luz, que solo ayudaban a intentar reconstruir trayectorias», ha añadido.
El comandante ha descrito a El Chicle como «un profesional de la delincuencia, en un terreno que domina». También han dicho de él que es «un criminal muy avispado, un manitas con los coches para que corran más», que circula habitualmente por las carretetas gallegas a una velocidad de 150 km/h.
El 24 de noviembre de 2017, Abuín, que sospechaba que le estaban cercando, llama a la Guardia Civil y queda con un agente, al que pregunta por qué le estaban siguiendo. El 30 noviembre el instituto armado le cita a declarar como testigo a él y a su esposa. En su declaración, explica que en la noche de la desaparición de Diana Quer estaba robando gasolina, pero comete un error al indicar que no se encontraba en A Pobra, donde sí se había localizado su coche. Su mujer mantiene en un primer momento que estuvo con él y le da una coartada.
El Chicle, que sigue siendo el principal sospechoso, entrega su teléfono para mostrar su disposición a colaborar, pero el móvil está en blanco, reseteado (dice que tuvo una avería) y no es el que buscaban. Deja también que investiguen su coche y el análisis no encuentra pruebas. «Estamos en una vía muerta, como policía judicial, o tenemos pruebas o no tenemos nada», pero siguieron con la investigación, pese a que no avanzaba como querían.
En agosto de 2017, después de meses con pocos avances, hay un hecho importante. Cuando se cumplió un año de la desaparición, más de 100 agentes hicieron una reconstrucción de los hechos -«la más completa que ha hecho la Guardia Civil»-, para tener la imagen completa. Comprobaron así que, debido a la concentración de gente en las fiestas de A Proba, las redes de telefonía se saturaban, lo cual les permitió reconducir la investigación sobre los móviles.
La certeza sobre el sospechoso
En noviembre, «ya no tenemos ninguna duda de que El Chicle se llevó a Diana», ha explicado. «Nos afanamos en terminar los informes técnicos, extremadamente largos», para enviarlo al juez. La cuestión que se planteaban entonces era encontrar el cuerpo y decidir si le detenían y cuándo, para que no reincidiese.
Llega entonces el incidente del 25 de diciembre en Boiro, cuando aborda a una joven e intenta robarle el móvil y llevársela por la fuerza. Ella graba un audio de forma accidental que recoge todo el episodio y una cámara, en una esquina anterior, permite observar los movimientos. El sospechoso, al ver que ella se resistía con fuerza, y con «una agilidad mental rapidísima», intenta hacer pensar a la joven que se trata de una broma dirigida a otra persona: «Tú no eres Carla, me voy». Ella entonces se fija en la matrícula, y él, «con esa agilidad», saca una herramienta para abrir coches, se la pone en el cuello e intenta meterla en el maletero, pero ella impide que lo cierre con la pierna y gracias a la intervención de unos testigos que se acercaron al escuchar sus gritos.
Después de analizar todas las opciones, teniendo en cuenta que este indicente es «un obstáculo, un problema» porque obliga a la Guardia Civil a salirse del guión, deciden que hay que detenerlo en breve. La detención se precipitó finalmente «por una filtración grave» a la prensa que podía alertar a Abuín, y a las 10.15 del día 29 de diciembre le detuvieron. Minutos después, arrestaron también a su esposa.
El Chicle dió varias versiones de los hechos durante el interrogatorio, como que había atropellado accidentalmente a Quer y que había arrojado su cuerpo a la ría, lo cual la Guardia Civil sabía que era «imposible». Cuando su mujer desmontó su coartada -después de que le mostrasen pruebas de la agresión en Boiro- y quedó en libertad, él pidió volver a declarar y entonces, empezó «a decir la verdad».
El detenido condujo finalmente a los investigadores a la nave abanonada, antigua fábrica de gaseosa. Allí, con una cámara submarina, comprueban que el cuerpo está en el fondo del aljibe, un «depósito de 10 metros de profundidad, con una boca de un metro y medio, cubierto por losa de hormigón de unos 7-8 centímetros de grosor».
El cuerpo se ha mantenido en buen estado por haber estado sumergido en agua a temperatura constante, sin presencia de fauna o flora. Observaron además que en cinturas y hombros tenía atadas dos cuerdas con dos ladrillos de hormigón que la mantenía en el fondo. Los bomberos vaciaron el depósito y pudieron encontrar otros objetos en el fondo del aljibe, como un bolso y una brida plástica.
«Difícilmente ninguna policía del mundo habría podido hacer más», ha contestado Sánchez Corbí cuando le han preguntado si tiene alguna autocrítica. «La única duda es si hubiéramos decidido detenerle en noviembre, qué habría pasado», ha añadido.