Exposiciones que recrean la creación clásica de la pintura y escultora con otras que muestran las nuevas formas de abordar el arte fueron apreciadas este día por visitantes al Museo Nacional de San Carlos, recinto que ocupa un inmueble de estilo neoclásico que data de finales del siglo XVIII, cuya edificación se atribuye al arquitecto valenciano Manuel Tolsá.

El inmueble que originalmente fue el palacio del conde de Buenavista, habitado posteriormente por el general Antonio López de Santa Anna y por la numerosa familia de Iturbe, y que hoy en día es un espacio de arte, cultura y convivencia abre sus espacios para muestras de Germán Gedovius, Yvonne Domenge y Juan Carlos del Valle.

La exposición “Los mundos de German Gedovius» rinde tributo a la pintura de este artista mexicano de finales del siglo XIX, de quien se pueden admirar cuadros de magistrales pinceladas e introspección a 150 años de su nacimiento. Son más de 40 piezas de belleza sin par las que integran la exposición abierta del 11 de noviembre pasado y que recibe al espectador hasta el próximo 25 de marzo.

Se trata de una oportunidad de redescubrir a uno de los artistas mexicanos de mayor importancia, cuya obra ofrece una introspección muy particular, ya que este pintor vivió con un problema de sordera severo. El museo vuelve a traerlo a escena después de más de 30 años de su última exposición en el país, la cual tuvo lugar en 1985 en el Museo Nacional de Arte.

Al respecto, en su oportunidad la directora de, recinto, Carmen Gaitán calificó como acto de justicia esta muestra, en la que mexicanos y extranjeros pueden apreciar la obra de uno de los grandes maestros, de cuyo legado abrevaron pintores de la talla de Diego Rivera, Ángel Zárraga y Francisco Goitia.

De la misma manera, el público que desde hoy visita el museo, luego que ayer cerró sus puertas por ser día feriado, se encuentra con la exposición “Relumbrante Oscuridad: la Manifestación del misterio», un encuentro entre el neo-romanticismo de Juan Carlos del Valle y la colección del Museo Nacional de San Carlos, la cual permanece abierta desde diciembre pasado y hasta febrero próximo. Se conforma con 38 obras y es un atractivo en este inicio de año

Creadores como Francisco de Goya, Charles Michel, Alberto Durero, Johann Wilhelm Cordes y Luigi Calamatta dialogan con piezas de Del Valle. Imperceptiblemente iluminada o descaradamente relumbrante, la oscuridad sólo puede mirarse cuando interactúa con la luz. A diferencia del exceso de iluminación que al deslumbrar enceguece, la oscuridad expande la visión sugiriendo realidades no visibles.

Igualmente, la muestra “Secretos del arte”, inaugurada en octubre de 2017 y que permanecerá hasta el mes entrante, se alimenta de la colección del recinto, que conserva uno de los acervos más importantes de arte europeo en México y que tiene su origen en talleres virreinales, colecciones religiosas y particulares.

A través de la Real Academia de San Carlos, después Academia Nacional de Arte, estas obras llegan al presente cargadas de significados, pero también de secretos.

El museo, al tiempo que resguarda las obras, ofrece nuevas maneras de estudio para su comprensión ante la necesidad de renovar los acercamientos a la colección. Las especialistas universitarias Elsa Arroyo y Clara Bargellini encabezaron estudios de técnicas de registro de imagen y análisis de obras por métodos no destructivos a diversas piezas del Museo Nacional de San Carlos.

“Secretos del arte”, con sufijo “Historia y ciencia para el estudio de la colección del Museo Nacional de San Carlos”, expone algunas de las obras estudiadas, junto con las explicaciones de los métodos y hallazgos de las nuevas investigaciones. De esa manera, el recinto cumple con su doble misión de mostrar lo mejor del arte en su especialidad y alentar el estudio académico

Finalmente, una exposición de y sobre Yvonne Domenge está abierta de octubre pasado a febrero de 2018. “Cadena de creación”, muestra que permite registrar la relevancia de los procesos de creación de la artista, se presenta en el recinto con motivo de su ingreso a la Academia de Artes, que se encuentra en el mismo museo, en la sección de Escultura.

A través de una selección de obras elaboradas en diversas técnicas y materiales, la exposición configura una narrativa múltiple en torno al devenir de la creación de la artista. Dibujos, proyectos, maquetas y otros elementos de registro permiten identificar la manera particular y poética en la que trabaja Domenge. De esta forma, el espacio expositivo permite articular una visión de su trayectoria creativa.

La escultora pone de manifiesto el amplio espectro de su trabajo, piezas de pequeño formato que se inscriben en la joyería que dialogan con algunas de dimensiones mayores hasta alcanzar una referencia a sus obras monumentales que se localizan en diversos espacios alrededor del mundo.