El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo un movimiento en la política que toleraba la creciente legalización de la mariguana en los estados del país norteamericano.

El procurador Jeff Sessions, del Departamento de Justicia anunció que a pesar de que algunos estados han despenalizado el cannabis, su consumo y posesión es ilegal, además emitió un documento en el cual encomienda a los fiscales de Estados Unidos seguir los principios establecidos, dando la libertad para actuar con agresividad al cumplir la ley federal.

“Es la misión del Departamento (de Justicia) hacer cumplir las leyes, mientras las directrices previas minaban este cumplimiento y la capacidad de nuestros compañeros locales y estatales de ejecutar su misión de hacer cumplir la ley”, afirmó el fiscal general, Jeff Sessions.

Esta acción rompe una norma aprobada por el expresidente Barack Obama que impedía la intervención federal sobre las decisiones de los gobiernos para la regulación de la marihuana medicinal y con fines recreativos.

Algunos políticos y funcionarios estatales criticaron esta medida, ya que la mayoría dijo que continuarán respaldando la venta de mariguana recreativa, por ejemplo el fiscal general de California, Xabier Becerra, declaró que nos encontramos “en 2018, no en el siglo XX”, y así se tomó la decisión de regular y no criminalizar el cannabis.

El senador de Oregon, Ron Wyden, acusó a Sessions de llevar a cabo una “cruzada extremista contra la mariguana”, mientras que la senadora de Nevada, Catherine Cortez Masto, dijo que el fiscal general estaba “creando una confusión innecesaria”.

La organización a favor de la legalización “Marijuana Policy Project” dijo que el cambio alentará el tráfico de drogas ilegales y dañará a quienes usan mariguana de forma medicinal.

Actualmente los estados de Colorado, Washington, Óregon, Nevada, Alaska y California tienen permitido la venta de cannabis con fines medicinales y recreativos, un total de 29 estados han legalizado la mariguana con uso medicinal.

Sin embargo la postura de Trump no es totalmente asegurada, ya que durante la campaña electoral de 2016 mostró una posición más tolerante.