El presidente francés, Emmanuel Macron, terminó el miércoles su primera visita a China con un llamado a la cohesión de Europa ante la «potencia de fuego» del gigante asiático.
Poco antes del fin de la, China hizo un pedido de 184 aviones Airbus A320 destinados a 13 compañías aéreas. El importe de la operación no fue revelado pero el precio de catálogo representaría unos 18.000 millones de dólares.
La visita de tres días del presidente francés estuvo claramente marcada por la iniciativa china de las «Nuevas Rutas de la Seda», colosal proyecto de inversión en infraestructuras de transporte con miras a Europa, que sin embargo suscita temores de que el régimen comunista amplíe su influencia hacia el oeste.
Entre los objetivos de Pekín figuran varios países del este o sur del continente, dispuestos a aceptar el dinero de Pekín incluso en sectores estratégicos, como Grecia, que vendió a China el puerto de El Pireo.
«Algunos países son mucho más abiertos a los intereses chinos, a veces en detrimento del interés europeo. No se lo podemos reprochar ya que a veces los hemos obligado a privatizaciones muy duras» destacó Macron este miércoles en una conferencia de prensa.
Por ello, su deseo es que los países de la Unión Europea tengan una posición común frente a Pekín, que privilegie el interés europeo por encima del interés nacional a corto plazo