El tenista suizo Roger Federer, campeón en 2017 del Abierto de Australia, admitió que en esta edición del Grand Slam, que comienza este lunes, no es favorito para retener la corona a sus 36 años de edad.
El título en Melbourne podría significar el 20 «Grande» para la leyenda helvética, sin embargo, Federer es prudente; con un juego que sigue enamorando pero también un cuerpo que cada vez le pide más tiempo de recuperación, es uno de los favoritos por tradición, lo ocual él trata con prudencia.
«El año pasado solo esperaba ganar en el inicio, era un ‘veamos qué pasa. Es algo similar a lo que viven este año Djokovic o Wawrinka, jugar sin presión fue algo muy gratificante. En mi caso pienso en pasar las primeras rondas y empezar a rodar. Con 36 años creo que no puedo ser favorito en un torneo. Por eso abordo las cosas de manera más relajada en esta etapa de mi carrera», apuntó Federer.
Para esta edición, el llamado «Genio de Basilea» va por el sector más complicado del cuadro, primero se mide ante el 51 del mundo, el esloveno Aljaz Bedene, con quien no tiene antecedentes.
Luego podría enfrentarse al alemán Jan-Lennard Struff; posteriormente estaría en el hipotético camino el francés Gasquet, el canadiense Raonic, el argentino Del Potro y tal vez hasta Djokovic, para reencontrarse, si todo le ha salido bien, con Rafael Nadal.