La empresa japonesa Mitsui fue la seleccionada por Petróleos Mexicanos (Pemex) como su socia para terminar de desarrollar y operar la planta coquizadora de su segunda mayor refinería, un proyecto de cientos de millones de dólares, dijeron varias fuentes. A pesar de todo, aún se está negociando un acuerdo definitivo, comentaron a Reuters.
El año pasado Pemex lanzó un proceso de «invitación» para elegir a su asociado, tomó su decisión en diciembre, dos meses después de lo previsto, dijeron dos de las fuentes. «Mitsui fue la elegida pero aún siguen las pláticas para llevar a un convenio final, es complejo», dijo una fuente de Pemex que solicitó el anonimato y está informada sobre el proceso de búsqueda de socio para la coquizadora de la refinería Miguel Hidalgo, ubicada en Tula, en Hidalgo.
Sin embargo ninguna de las agencias hizo comentarios o declaraciones. Dos de las fuentes anónimas dijeron que si todo marcha bien, los socios -que discuten el porcentaje accionario en el proyecto entre otras cosas- sellarían un acuerdo hacia finales del primer trimestre. «Por eso aún no se ha hecho ningún anuncio», declaró una de las fuentes.
Pemex ha desembolsado alrededor de mil 240 millones de dólares en el proyecto de la coquizadora de los 2 mil 600 millones que se requieren en total, según la cifra más reciente de inversión divulgada por la petrolera.
La refinería Miguel Hidalgo tiene una capacidad de procesar 315 mil barriles por día (bpd), pero en los primeros 11 meses de 2017 el promedio fue de 219 mil bpd. Pemex sufre de una baja fuerte en el procesamiento de sus seis refinerías en el país.
La empresa estatal ha dicho que la nueva coquizadora permitirá aumentar la producción de gasolinas, diésel y turbosina de la refinería en un 40 por ciento al aprovechar al máximo el combustóleo, un producto residual de baja demanda.
La construcción de la planta comenzó a finales del 2014 y se espera que concluya en 2021 con el nuevo asociado.
En abril de 2017, la compañía anunció la colocación del primer tambor de coquización, de seis, como parte de la última fase de reconfiguración de Tula y el director general de Pemex, en ese entonces José Antonio González Anaya, dijo que buscarían socios para completar la planta coquizadora.