Durante el sismo del pasado 19 de septiembre, la fotografía fue determinante porque ayudó a tomar decisiones, a coordinar los trabajos y llamar la atención de la solidaridad de quienes no vivían aquí, aseguró el fotógrafo mexicano Pedro Valtierra.
Entrevistado previo a la presentación del número 147 de la Revista Cuartoscuro, en el Museo Archivo de la Fotografía en esta ciudad, su fundador recordó que, si bien la fotografía ha sido importante en todos los procesos sociales, durante el movimiento telúrico, “todos fuimos fotógrafos, todos tenemos un teléfono celular y cámaras y fue fundamental la fotografía”.
“La autoridad estuvo al pendiente, pero hay que destacar la participación de los jóvenes, la cual fue fundamental, rápida y organizada. Porque en el terremoto de 1985, fue diferente. La solidaridad nunca estuvo en duda en ningún temblor, pero hoy, existe un antes y un después.
“Siempre la psicología de las masas es compleja determinarlas, de modo que en este sismo se dio un impacto el cual sintieron los jóvenes y habrá ellos de decir en función de esa experiencia, el futuro de la sociedad”, indicó.
De acuerdo con el reconocido fotógrafo, considerado entre los más influyentes de las últimas cuatro décadas en México, el ejemplar 147 páginas ofrece una selección de más de 40 fotografías de los sismos del 7 y 19 de septiembre que golpearon la Ciudad de México y nueve entidades del país.
“Lo que publicamos es el registro de un fenómeno natural que afectó no solo a los habitantes de la Ciudad de México, sino a los del sur, y por supuesto, hay un parteaguas, aunque no soy un experto, pero hay algo que caracterizó este temblor y fue la reacción que hubo por parte de los jóvenes que, sin su ayuda, no hubiera sido posible resolver varios temas”, comentó Valtierra.
La selección de todos los fotógrafos de Cuartoscuro, es tan solo una pequeña probadita de lo que aconteció, “el polvo que todo lo cubre, los cuerpos en mortaja improvisada, las casas que dejan ver sus entrañas y su intimidad, los balcones a los que ya nadie asomará y, sobre todo, el dolor después del asombro ante lo inaudito de un terremoto enorme.
“Pero está también y sobre todo, un pueblo que se vuelve ciudadanía en solidaridad, que se organiza como si coordinarse fuera un mecanismo natural para acarrear, picar, mover, jalar, para salvar cuando los puños en alto se convierten en esperanza para todos, lo mismo que los espontáneos centros de acopio, los transportes improvisados y los albergues que dan cobijo a quienes perdieron su techo en los terremotos”, se cita en la introducción del ejemplar.
El número que ya se encuentra en circulación, narra los inicios del artista de la lente Adolfo Patiño en su incursión en estudios y sets de filmación, con la cámara al hombro.
También, se ofrece una perspectiva del fotógrafo francés Antoine d’Agata, donde se relata cómo ha usado la fotografía como medio para empujar más allá las experiencias de su vida a través de las crudas imágenes donde refleja sus adicciones, encuentros sexuales, excesos y violencia.