La perrita rescatista «Frida», quien en septiembre pasado se convirtió en un símbolo de solidaridad y orgullo por su participación en los rescates tras el sismo, donó al Museo de Calzado El Borcegui de la Ciudad de México.
“Es el primer calzado no humano que recibimos en este museo con una ilusión terrible porque, para mi, tiene mucho más valor sentimental que las mismas botas lunares, puesto que detrás de este animal, de su entregador, dice muchísimas cosas, por que no hay como salvar una vida”, dijo María Teresa Ballina, directora del museo.
El museo tiene 2 mil 500 piezas de calzado de tamaño natural, y 18 mil en miniatura, se ha caracterizado por tener zapatos humanos de varias épocas.
Las primeras cuatro botas de un canino que forman ya parte de esta colección.