La revista Lancet Child & Adolescent Health publicó un artículo señalando que la adolescencia, una etapa que se consideraba terminada a los 19 años, ahora va de los 10 a los 24.

Los autores proponen cambiar la definición de “adolescencia” para garantizar la relevancia de las leyes y las políticas sociales, tomando en cuenta que leyes que señalan la edad de 18 años, ahora contemplen edades después de los 20.

El argumento central es que el cuerpo continúa desarrollándose más allá de los 19 años; por ejemplo, el cerebro sigue madurando más allá de los 20, cuando empieza a trabajar de una manera más rápida y eficiente.

Susan Sawyer, directora del Centro para la Salud Adolescente del Royal Children’s Hospital de Melburne, en Australia, y académica que lideró el artículo, propone ampliar el concepto de adolescencia, pues «aunque muchos privilegios legales de la edad adulta empiezan a los 18 años, la adopción de responsabilidades y roles de adulto en general se produce después«.

Así, conductas como estudiar por más años o retrasar el matrimonio y la decisión de tener hijos sería un efecto de dicho desarrollo, pues la «semidependencia» que caracteriza a la adolescencia se prolonga en el tiempo.

No obstante, otros expertos consideran que reclasificar la adolescencia conlleva el riesgo de infantilizar a los jóvenes.

La doctora Jan Macvarish, socióloga parental de la Universidad de Kent, en Inglaterra, cree que la sociedad influye en lo que se espera de los jóvenes, “más que el crecimiento biológico intrínseco«.

«La sociedad debería mantener lo más altas posible las expectativas que tiene de la próxima generación«, asegura Macvarish.