Luego del rito de Asunción, celebrado en la Catedral Metropolitana, el nuevo arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, arribó a la Basílica de Guadalupe para postrarse y ofrecer su labor pastoral a la Virgen del Tepeyac.
A su llegada al templo guadalupano, Aguiar Retes fue recibido por el Cabildo de la Basílica, que le dio la bienvenida y cuyo rector, Enrique Glennie Graue, le entregó un crucifijo y un hisopo con agua bendita, con el cual se asperjó a sí mismo y a los presentes.
Ya en el templo, en medio de una valla humana y acompañado por el Cabildo guadalupano, ingresó por la puerta principal hasta el presbiterio donde delante del Altar Mayor, justo frente a la Virgen morena, realizó una oración.
Después de un breve momento de oración, Aguiar Retes se trasladó a la Sacristía para revestir los ornamentos sagrados, mientras el nuncio apostólico, Franco Coppola, le hizo entrega de las Letras Apostólicas y el báculo pastoral.
Cada paso y movimiento del nuevo arzobispo recibió el aplauso de los asistentes, que fue coronado por diversos cánticos religiosos y guadalupanos, así como por el tañir de las campanas.
Acto seguido, el nuevo arzobispo primado de México dio inicio a lo que fue su primera misa ante los fieles que se dieron cita en el atrio, así como invitados especiales, cardenales, arzobispos y obispos.