Este miércoles, Jacob Zuma dimitió como presidente de Sudáfrica, en seguimiento de las órdenes de su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC, por su siglas en inglés) para poner fin a sus nueve años de gobierno, luego de varias acusaciones por corrupción.

Zuma, de 75 años, dedicó un discurso de despedida a la nación, de 30 minutos, en el que se dijo en contra de la forma en la que el ANC lo forzó a renunciar desde la llegada de Cyril Ramaphosa como presidente del partido en diciembre.

Al presentar su dimisión, Jacob Zuma dijo que debe aceptar la voluntad de su partido para que él deje la presidencia de Sudáfrica, siempre y cuando se haga como establece la Constitución.

Horas antes, Zuma se había mostrado en contra de su remoción.

“Estoy en desacuerdo (…). Esto se ha hecho en una manera en la que estoy siendo victimizado”, dijo.

En la entrevista, de casi una hora, Zuma expuso su punto de vista sobre la actual crisis política y las negociaciones secretas que se estuvieron llevando a cabo en el seno del partido en las últimas semanas.

“Nunca, portavoz tras portavoz, dijeron ‘esto es lo que has hecho’”, insistió.