El Valle de México está entrando a una fase de estabilidad atmosférica, es decir, una condición que favorece la acumulación de contaminantes, por lo que entre la última semana de febrero y la primera de marzo se podría registrar la primera contingencia ambiental, informó Martín Gutiérrez Lacayo, coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came).
Elementos que podrían generar una condición desfavorable para que, de manera anticipada, el primer evento de contingencia por ozono se presente a finales de este mes, pues “se ve un febrero-marzo con condiciones muy secas”.
“Esperaríamos que esto (primera contingencia) se podría dar entre la última semana de febrero y la primera de marzo; hay que destacar que las condiciones climáticas varían, no son tan certeros todos los elementos que estamos viendo, dado que cambian todos los día, sobre todo las rachas de viento”, afirmó.
Los recientes frentes fríos, apuntó, han dejado parte de masas de aire polar y algo de humedad en esta región, sin embargo, este invierno es un poco “anormal”, un invierno muy seco, en comparación a los promedios que habitualmente se tienen.
“Estos (frentes fríos) nos ha dejado en lo que va del mes de febrero un acumulado de una precipitación muy baja, menores a los 20 milímetros, esto en rango normal anda en alrededor de los 30”, explicó Gutiérrez Lacayo.
Abundó que al entrar en la temporada de ozono se presentan sistemas atmosféricos que generan estabilidad, poco viento, alta radiación solar, los cuales son elementos que propician la formación de ozono.
El coordinador ejecutivo de la Came apuntó que la química atmosférica es sumamente frágil en el Valle de México, donde cualquier condición fría en la mañana genera inversión térmica a nivel bajo y esto provoca poca dispersión de contaminantes y por la tarde, con condiciones de estabilidad atmosférica, hay riesgo de generación de ozono.
“Son condiciones que están en la atmosfera y el trabajo de todos es ir de la mano para que todas las fuentes de emisión de mediano y largo plazo vayan disminuyendo y en caso de contingencia, activar el protocolo, que son medidas temporales y van dirigidas a que se reduzcan en esos días las concentraciones altas de ozono”, comentó.
De acuerdo con la Came, durante esta temporada de ozono podrían presentarse entre 10 a 15 días con concentraciones por arriba de lo que marca la norma, es decir, con concentraciones máximas iguales o superiores a 155 ppb (151 puntos IMECA).
Recordó que desde el año pasado se instaló en la Came, conjuntamente con un grupo de expertos, una serie de instrumentos tanto de pronósticos de la calidad del aire como sistemas de modelaje climático que han permitido tener datos sobre el comportamiento para toda la temporada.
Con esta información, dijo, se han generado grupos de trabajo específico con diferentes sectores para preparar acciones preventivas.
“Sobre todo llamar la atención a la ciudadanía de lo que se puede presentar para estar atentos no sólo a las activaciones, en caso de contingencias ambientales por ozono, sino también de las medidas que nosotros podemos hacer para resolver este problema”, señaló.
Gutiérrez Lacayo llamó a la población a reconocer que todas las actividades cotidianas tienen un impacto al medio ambiente y ante una temporada de ozono complicada, todos deben sumarse.
“Hemos hecho un llamado a todas las cámaras industriales, al mismo gobierno federal, a afecto de tomar medidas específicas para sumarse a la disminución de parque vehicular en circulación”, indicó.