Este lunes, el Kremlin afirmó que no hay pruebas significativas de que el gobierno ruso tratara de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, después de que se presentaran cargos contra 13 rusos en ese país por haber tratado de favorecer la campaña de Donald Trump.
«Seguimos sin ver pruebas significativas de que alguien se haya involucrado en las elecciones estadounidenses”, declaró a los medios el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
El viernes pasado, 13 ciudadanos rusos fueron acusados formalmente por la justicia de Estados Unidos, entre ellos un allegado del presidente Vladimir Putin, y tres empresas por haber favorecido en 2016 la candidatura electoral de Donald Trump.
El acta de acusación no menciona complicidad entre el equipo de campaña de Trump y el gobierno ruso, y se refiere únicamente a «ciudadanos rusos».
No hay «ninguna indicación de que el gobierno ruso esté implicado», afirmó Peskov.
«Por eso insistimos en que consideramos estas pruebas infundadas, no las consideramos para nada exhaustivas o legítimas y no podemos estar de acuerdo con ellas», agregó.
«Rusia no se ha involucrado y no acostumbra a involucrarse en los asuntos de otros países. Y no lo hace actualmente«, concluyó Peskov.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, ya había denunciado el sábado en Múnich las acusaciones estadounidenses como «palabrería».