Cuatro policías municipales fueron arrestados el sábado en conexión con la desaparición de tres italianos que fueron vistos por última vez hace más de tres semanas en el occidente de México, y las autoridades indicaron que al parecer los agentes entregaron a los hombres a un grupo delictivo.
El titular de la Fiscalía General del Estado de Jalisco, Raúl Sánchez, dijo que los sospechosos, tres hombres y una mujer, todos policías en activo en la localidad de Tecalitlán, “confiesan” haber entregado a los desaparecidos a miembros de un grupo criminal que opera en la zona.
Los involucrados son Emilio N, Salomón N, Fernando N y Lidia N. En caso de ser encontrados culpables, podrían pasar en la cárcel entre 40 y 60 años. Los detenidos ya fueron vinculados a proceso y se les dictó un año de prisión preventiva.
“Estas personas (los policías) confiesan haberlos entregado a otras personas de la delincuencia organizada de Tecalitlán”, afirmó Sánchez.
Sánchez no identificó a la organización delictiva, pero el Cártel Jalisco Nueva Generación es el grupo criminal que domina la región.
Los tres italianos han sido identificados en carteles sobre su desaparición como Raffaele Russo, de 60 años, su hijo Antonio Russo, de 25, y su sobrino Vincenzo Cimmino, de 29 años. Todos son originarios del área de Nápoles.
Desaparecieron en Tecalitlán mientras viajaban en dirección norte en dos camionetas deportivas blancas que tampoco han sido localizadas.
En audios divulgados por familiares, se escuchó que Antonio y Vicenzo advertían que policías los habían interceptado en una gasolinera cuando estos habían ido a buscar a Raffaele.
«Los vendieron por 43 euros, algo monstruoso», dijo indignado Francesco Russo, hijo de unos de los tres italianos desaparecidos en Jalisco, durante una entrevista este domingo con la emisora pública italiana RAI1.
«Los policías mexicanos vendieron a mis familiares por 43 euros de m…, es terrible. Esos sí son criminales, no mi hermano, ni mi padre, ni mi primo», declaró Russo, quien teme por la vida de Antonio y Raffaele Russo, así como Vincenzo Cimmino.
El caso ha movilizado a Italia, donde han sido organizadas marchas de protesta para exigir su aparición.
Los familiares de los tres italianos niegan que estén involucrados con el crimen organizado y reiteran que se trata de simples comerciantes.
«¿Nosotros, narcotraficantes? Es una mentira», declaró al diario italiano La Repubblica, Daniele Russo, otro familiar.