La prensa canadiense ha empleado sin reparos el término “fracaso” para describir el viaje del primer ministro canadiense, y no pocos medios indios han usado también palabras ásperas. Los resultados económicos de la gira –de por sí catalogados como discretos por los expertos- quedaron eclipsados por varios desatinos.

“Canadá e India mantienen una relación privilegiada y están unidos por lazos formidables entre sus habitantes”, había declarado Trudeau días antes de su llegada en un comunicado. También agregaba lo siguiente: “Siento impaciencia de encontrarme con el primer ministro Modi y de reforzar aún más la amistad que existe entre Canadá e India”.
En efecto, Modi se reunió con Trudeau, aunque lo hizo este viernes, horas antes de que la visita concluyera.

“¿Por qué la India está siendo tan ruda con Trudeau? La respuesta tiene que ver con los sijs”, escribió el martes pasado el periodista indio Shivam Vij en las páginas del Washington Post. Desde hace varios años, el país asiático sostiene que Canadá es demasiado complaciente con algunos miembros de este grupo étnico deseosos de la creación de la República de Jalistán en el Punjab.

 Unos 475,000 sijs viven en Canadá, la mayoría de ellos simpatiza con el Partido Liberal de Justin Trudeau. A su vez, el primer ministro canadiense cuenta con cuatro ministros de origen sij. Trudeau tuvo que responder a las preguntas de la prensa india sobre la situación en el Punjab. “Reconocemos y apoyamos una India unida”, señaló a este respecto en una conferencia de prensa en Mumbai.