El presidente Donald Trump sostuvo hoy que los aranceles a las importaciones de acero y aluminio sólo serán eliminados si se firma un nuevo y justo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México y Canadá.

Trump adelantó la semana pasada que anunciará aranceles globales de 25 por ciento y 10 por ciento a las importaciones de acero y aluminio, lo que motivó airadas reacciones de los socios comerciales de Estados Unidos y temores de que se desencadene una guerra comercial.

“Tenemos grandes déficits comerciales con México y Canadá. El TLCAN, que está bajo renegociación ahora, ha sido un mal acuerdo para Estados Unidos. Masivas relocalizaciones de empresas y empleos”, escribió Trump esta mañana en su cuenta de Twitter.

“Los aranceles al acero y aluminio sólo serán eliminado si se firma un nuevo y justo TLCAN. Canadá debe tratar mucho mejor a nuestros granjeros. Altamente restrictiva. México debe hacer más para detener las drogas que entran a Estados Unidos. No han hecho lo que se necesita. Millones de adictos y muriendo”, añadió.

Ayer, el presidente del Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes, Kevin Brady, se pronunció por que México y Canadá sean exceptuados de cualquier eventual imposición de aranceles al acero y al aluminio.

Sin embargo uno de los asesores del presidente Donald Trump en materia comercial, Peter Navarro, indicó que no habrá «exclusiones de país”. «Tan pronto como se exenta a un país, entonces se tiene que exentar a otros”, dijo Navarro en el programa «Estado de la Unión» de la cadena CNN.

Tanto Canadá como la Unión Europea indicaron que podrían imponer medidas de represalia y otros países estudian acciones similares.

El Secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, se reunió a su vez la semana pasada con su contraparte el Secretario de Comercio, Wilbur Ross, para discutir las acciones que Estados Unidos tomará tras las investigaciones sobre el impacto en la seguridad nacional de las importaciones de acero y aluminio.

A pesar de la reacción internacional, Trump aseguró el viernes que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”.

Pero el anuncio de Trump empezó asimismo a unificar en su contra a los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo a través de un portavoz que Trump debe pensar en las consecuencias no intencionadas de una eventual imposición de aranceles y considerar medidas alternativas.

“(Los aranceles) son un aumento de impuestos que el pueblo estadunidense no necesita y no puede darse el lujo de tener”, coincidió el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Orrin Hatch.

El Departamento de Comercio recomendó a Trump imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, bajo el argumento de que su incremento “amenaza desquiciar la seguridad nacional” de Estados Unidos.

El DOC propuso imponer un arancel global de 24 por ciento a todas las importaciones de acero de todo el mundo o imponer un arancel de 53 por ciento  a Brasil, China, Corea, Costa Rica, Egipto, India, Malasia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía y Vietnam o una cuota equivalente al 63 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos en 2017.

En el caso del aluminio, el DOC planteó un arancel de 7.7 por ciento a las importaciones de todo el mundo, o un arancel de 23.6 por ciento a todos los productos de China, Hong Kong, Rusia, Venezuela y Vietnam o una cuota a todos los países del mundo equivalente al 86.7 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos en 2017.

Trump, quien debe tomar una decisión final para el 11 de abril en el caso del acero y para el 19 de abril en el caso del aluminio, tiene la opción de modificar las recomendaciones o ignorarlas por completo.