Las ciudades chinas que combaten la polución atmosférica han reducido de manera significativa la contaminación del aire en los últimos cuatro años, según un estudio realizado por la Universidad de Chicago.

De acuerdo con el análisis realizado por el equipo de investigadores estadunidenses, tomando como base la información de más de 200 monitores de gobierno en toda China, la contaminación del aire ha descendido en todas las áreas más pobladas del país.

El estudio encontró que la mayoría de las ciudades muy pobladas registraron algunos de los descensos más grandes:

Beijing redujo la contaminación del aire en 35 por ciento, Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei, disminuyó la misma en 39 por ciento y Baoding, la ciudad más contaminada de China en 2015, bajo la polución en 38 por ciento.

En promedio, las ciudades chinas han reducido las concentraciones de partículas finas PM2.5, en general consideradas la forma más letal de contaminación del aire, en un 32 por ciento en apenas cuatro años, precisó el estudio.

El nivel de contaminación superó en muchas ciudades del país los 400 microgramos por metro cúbico, lo que multiplica por 16 el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Bajo la presión de la opinión pública, el gobierno chino lanzó en 2013 un plan contra la contaminación destinado a reducir en un 25 por ciento la tasa de partículas finas en el aire en las regiones de Beijing y Shanghai.

El estudio destaca el notable progreso de las «medidas agresivas y en algunos casos extraordinarias» de China para reducir la contaminación en un lapso relativamente corto.

«La conclusión es esta: China está ganando la guerra contra la contaminación», afirmó Michael Greenstone, profesor de economía y director del Instituto de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago.

Si China mantiene esta reducción, Greenstone considera que los residentes chinos de áreas contaminadas podrían aumentar en 2.4 años más su esperanza de vida.

«Al ganar esta guerra, China verá mejoras dramáticas en la salud general de su población, incluyendo vidas más prolongadas, si las mejoras se mantienen», agregó Greenstone.

Los médicos advierten de las consecuencias de la contaminación atmosférica para la salud, que puede debilitar el sistema inmunológico y facilitar problemas respiratorios, cardíacos o circulatorios.

El smog afectó sobre todo a pacientes con asma y enfermedades de corazón o de los bronquios. Según calculan renombrados científicos chinos, cada año mueren entre 350 mil y 500 mil chinos como consecuencia de la alta contaminación ambiental.

La segunda mayor economía del mundo es también la mayor consumidora del mundo de energía, dos terceras partes de la cual proceden del carbón. En muchas de las industrias faltan instalaciones de filtrado modernas.

El consumo de energía per cápita en China y con respecto al crecimiento económico supera en un 40 por ciento la media mundial. Además, la cifra de automóviles en las rutas del país asiático aumentó de los 16 millones que había en 2000 a cerca de 100 millones en la actualidad.