Manifestantes molestos por la detención del expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, en Alemania cortaron el martes varias calles en el centro de Barcelona e interrumpieron la circulación en la región del noreste de España bloqueando carreteras y autopistas.

El político independentista está detenido a la espera de la decisión de una corte alemana sobre una petición de extradición presentada por España.

Los manifestantes bloquearon durante horas una autopista en Figueres, cerca de la frontera con Francia, y cortaron el tránsito en otra autopista en dirección a la ciudad de Lleida y en la carretera nacional que une Tarragona y Valencia, explicó el servicio de tránsito de la región del noreste de España.

Las protestas también causaron interrupciones en la circulación en el centro de Barcelona, la capital de la región, a primera hora de la mañana del martes.

La próspera región registra protestas multitudinarias, en su mayoría pacíficas, desde hace seis meses, cuando comenzó el último intento para independizarse de España.

El parlamento catalán declaró su independencia de forma unilateral a finales de octubre, tras un referéndum secesionista que había sido ilegalizado por la justicia española. La consulta no fue reconocida internacionalmente y provocó que el gobierno central en Madrid asumiese las competencias del ejecutivo regional.

Puigdemont fue cesado junto a todo su gobierno y huyó a Bélgica. Tras una investigación judicial de meses, un magistrado del Tribunal Supremo acusó al político, de 55 años de rebelión y malversación de fondos públicos.

Las autoridades españolas emitieron orden de arresto internacional para seis de los siete líderes secesionistas que habían huido del país. Puigdemont fue detenido el domingo, poco después de cruzar la frontera de Alemania procedente de Dinamarca.

No parece probable que el tribunal de la ciudad alemana de Schleswig, que debe decidir sobre la libertad del expresidente catalán y sobre la admisión de la petición de extradición, vaya a pronunciarse en lo que queda de semana. Estos casos suelen solventarse por escrito, sin necesidad de celebrar una audiencia, aunque no se descarta que haya una.

El Código Penal alemán, al contrario que el de Bélgica _ país al que España también había solicitado la extradición de Puigdemont _, contempla un delito comparable al de rebelión, la principal acusación contra el expresidente. El cargo acarrearía penas de cárcel para quien “emprenda, por medio de la fuerza o amenazas” medidas para socavar la existencia de la república o alterar el orden constitucional.

El destino del líder separatista está ahora en manos de la justicia alemana, recordó el martes el portavoz del gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, que se mostró confiado sobre la extradición porque Puigdemont no está “privado de libertad por sus ideas políticas”.

No se trata de una cuestión española. Saltarse los cimientos de un Estado miembro también es delito en Alemania”, dijo el ministro portavoz tras la reunión semanal del gobierno central.

En una decisión celebrada por sus partidarios, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas dijo que registró una queja de Puigdemont, que asegura que España habría violado sus derechos políticos.