En un discurso ante trabajadores industriales en la localidad de Richfield, a las afueras de Cleveland, Ohio, el presidente Donald Trump ratificó lo que ya había asomado la semana pasada a través de su cuenta de Twitter: la posibilidad de que el Pentágono financie la construcción del muro en la frontera con México.
En el mitin, que tuvo el usual tono de campaña electoral, promovió su plan de infraestructuras y causó risas de la audiencia cuando dijo: «El muro tiene buena pinta. Siempre fui muy bueno en la construcción. Siempre fue mi especialidad. Creo que mejor que siendo presidente».
El presidente dijo que discutió el tema este jueves con su secretario de Defensa, Jim Mattis, lo cual fue ratificado por la portavoz del Pentágono, Dana White, quien no ofreció detalles sobre los resultados de la reunión.
Como el presidente estadounidense no tuvo éxito en el Congreso para recaudar los 25,000 millones que se necesitan para construir el muro fronterizo, se ha girado hacia el Pentágono con la esperanza de conseguir fondos del presupuesto de Defensa para concretar una de sus principales ofertas electorales.
«Gracias a los entre 700,000 y 716,000 millones de dólares obtenidos para reconstruir nuestras fuerzas armadas, se crean muchos puestos de trabajo y nuestras fuerzas militares son ricas de nuevo», tuiteó el sábado pasado.
«Hemos gastado siete billones en Oriente Medio. ¿Y saben lo que hemos conseguido con ello? Nada», exclamó el presidente.
Al aludir a los “otros” que según él se encargarían del conflicto que alcanza ya su séptimo año y registra más de 500,000 muertos, Trump hace referencia velada a Rusia e Irán, que tienen fuerzas desplegadas en Siria en apoyo al régimen de Bashar Al Asad.
El Ejército estadounidense lidera en la región una coalición internacional formada por más de 60 países que combaten el terrorismo islamista, principal objetivo de la operación ‘Inherent Resolve’ (‘Apoyo Decidido’), que cuenta con la aprobación de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Estados Unidos ha destacado a más de 2,000 militares en el este de Siria que trabajan con milicias locales para hacer frente al grupo extremista Estado Islámico ( ISIS, por sus siglas en inglés), mientras trata de mantenerse al margen de la guerra civil.