Francia comenzó la semana laboral en medio de una parálisis general de transportes, donde filas y filas de personas invadían las estaciones de metro y de tren.
Este es el primer día de una serie de huelgas intermitentes que la empresa pública francesa de ferrocarriles está llevando a cabo contra la reforma del gobierno.
En Francia, cada segundo, 77 personas hacen uso del transporte público, esto significa que, durante los días de huelga de la SNCF, cerca de 6,5 millones de personas estarán afectadas por el paro nacional.
En su primer día, sólo transita un octavo de los trenes de alta velocidad y un décimo en la región del sureste francés. Las personas que viven y trabajan en la región de París, aunque recorren distancias más cortas, sólo pueden tomar un quinto de los trenes locales que circulan diariamente.
Las grandes estaciones de tren están paralizadas y los pasajeros se han amontonado en los andenes, a tal punto que algunos de ellos se han caído o bajado a los rieles, no obstante el paro ferroviario ha afectado fuertemente también el tránsito del metro parisino
Muchos franceses han preferido ir a trabajar en automóvil, con la esperanza de evitar esperas muy largas. Pero se han registrado más de 400 kilómetros de tráfico, únicamente en la región de París.
Los sindicatos de la compañía de ferrocarriles, la SNCF, protestan contra un proyecto del gobierno que quiere poner fin al estatuto especial de sus trabajadores, que incluye entre otras ventajas la garantía de un empleo de por vida.
Para ello han ideado un nuevo concepto de movilización, con una huelga de dos días cada cinco, es decir un total de 36 días de paros alternados hasta finales de junio.