La organización Save The Children lanzó este viernes la campaña “#NuncaSerán”, para «denunciar que sin educación los niños de Siria jamás podrán tener futuro», y lo ha hecho instalando pupitres vacíos en calles y espacios públicos de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao a primera hora de la mañana, acompañadas de una pizarra donde se podía leer un mensaje: ‘La mitad de las escuelas de Siria están vacías o destruidas’.

Los pupitres vacíos han aparecido en lugares emblemáticos como la Puerta del Sol de Madrid, las playas de la Barceloneta (Barcelona) y la Malvarrosa (Valencia) o frente al Puente de Triana de Sevilla o el Museo Guggenheim de Bilbao. Según Save The Children, la guerra de Siria ha dejado a dos millones y medio de niños y niñas sin poder acudir al colegio.

«En zonas como Guta, más de 60 escuelas han sido destruidas durante los dos primeros meses de 2018 y más de 57.000 niños han perdido la oportunidad de ir a clase. Las escuelas que siguen en funcionamiento no tienen electricidad ni gas, han tenido que trasladarse a los sótanos y solo abren un par de horas al día», alertan desde la organización.

El conflicto de Siria, que se prolonga ya siete años, estaría provocando «secuelas irreparables» en la educación de los escolares de este país, según Save the Children, que ha realizado una encuesta con cerca de 2.000 niños y niñas de entre cinco y once años en el noreste de Siria: más de un tercio de los alumnos tienen un nivel de lectura de un niño de cinco años; casi la mitad de estos niños no pueden resolver un problema de matemáticas que normalmente se enseña a niños de cinco años e incluso algunos ni siquiera son capaces de reconocer las letras y los números.

«Mis hijos no están seguros en el colegio. Las escuelas de la zona están destruidas y mis hijos llevan tres años sin ir a clase regularmente. Estamos perdiendo a una generación completa de niños que no pueden aprender a leer ni a escribir. No quiero enviarlos a la escuela si abre porque sé que irán un día pero luego estará cerrada otros diez por los bombardeos», cuenta Qamar, una madre desplazada en Idlib, en el comunicado de Save The Children.