Edgar Andres Vargas es sobreviviente de la noche de Ayotzinapa por recibir una bala en la boca que le cambió la vida, debido a tantas cirugías a las que se ha tenido que someter para reconstruir su maxilar, encías y dentadura.
La noche del 26 de septiembre de 2014, uno de sus compañeros arribó a su habitación en el plantel Raúl Isidro Burgos, ubicado en Iguala, Guerrero, para dar aviso que varios normalistas estaban siendo sometidos supuestamente por la Policía Municipal, ante lo cual necesitaban ayuda.
Tras escuchar balazos, se tiró al piso y se arrastró -relató- hasta encontrar a sus amigos, quienes le dijeron que tenía una lesión en la boca. “No sentí nada; sin embargo, vi mi playera y estaba toda manchada de sangre. Al poco rato no podía hablar. La sangre seguía cayendo de mi boca y me costaba trabajo respirar”.
Desde aquel incidente, Edgar se ha tenido que someter a tres operaciones en la boca y otras más en una de las rodillas, de donde los médicos le han extraído un pedazo de fémur para la reconstrucción de su maxilar.
El joven querecibe ayuda psicológica, dice sentirse tranquilo, “recuperándome día con día y saliendo adelante , esto gracias a la ayuda que me han brindado mis padres quienes no me han dejado en ningún momento desde que pasó lo de iguala. También gracias a que mis compañeros de la normal y de las organizaciones sociales que nunca nos han dejado solos, a mi y a los familiares de los desaparecidos”.