Las obras de 11 artistas contemporáneos chinos, en su mayoría nacidos en las décadas de los sesentas y los setentas, que convergen entre la tradición y la modernidad de la técnica de tinta china, integran la exposición “Intermedio. La tinta china en las obras de arte contemporáneo”.
Presentada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la muestra forma parte de las actividades de la décima edición de la Feria Internacional de las Culturas Amigas 2018, que esta ocasión tiene a China como invitado de honor.
La exhibición montada en colaboración con el Museo de Arte de Guangdong y la Embajada de la República Popular China en México, presenta el trabajo de los artistas chinos Cai Guangbin, Chen Tong, Han Dong, Jiang Heng, Lei Ziren, Shi Lei, Ban Wei, Wang Shaoqiang, Wei Qingji, Wu Yi y Zhou Yong.
La pintura tradicional china se basa en una filosofía que refleja la manera de ver, conocer y describir el mundo. La palabra “intermedio” sugiere la atención a la diversidad cultural, la interacción y la comunicación.
Cada artista retomó las técnicas originarias de la tinta china para aplicarlas en nuevos formatos. Con ello se obtuvieron como resultado distintas expresiones culturales contemporáneas que rayan entre la tradición y la modernidad.
Ahora el público podrá ser testigo de esa conexión temporal en más 40 piezas presentadas en la muestra gráfica.
La pintura tradicional china se sostiene en una filosofía única de ver, conocer y describir el mundo. La tinta china se empezó a utilizar para la caligrafía y la pintura aproximadamente en el año 2500 a.C., y estaba compuesta por un pigmento oscuro de humo solidificado, producto de la quema del pino.
Además era uno de los “cuatro tesoros del escritorio”, ya que el papel, el tintero, el pincel y la tinta eran indispensables para los eruditos chinos.
En un inicio la pintura tradicional en China contó con tres técnicas principales; Gongbi, que se refiere a una técnica delicada y exacta donde sólo se dibujaban los contornos de los cortesanos chinos; Mogu, que apela a lo espontáneo, los colores naturales y el movimiento fluid; y Xieyì, que hace uso de pinceladas abstractas monocromáticas.