Diversos estudios han demostrado que la obesidad sigue en aumento y que, si no se hace algo, este será uno de los problemas más importantes de salud en el mundo. Según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud, el número de individuos obesos, de cinco a 19 años de edad, se multiplicó por diez a nivel mundial. En 1975 existían cerca de 11 millones, pero en 2016 esta cifra llegó a los 124 millones.
Una de las razones del aumento de la obesidad, es que últimamente, los alimentos saludables y nutritivos, se han tornado caros y por lo tanto inaccesibles para las familias de bajos recursos. Desgraciadamente, estos productos baratos, a los que las familias pueden acceder más fácilmente, sacian el hambre, aportando muchas calorías, pero con escasos nutrientes. Ser obeso entonces, no es sinónimo de estar bien alimentado. Ante esta situación, diversos gobiernos están tratando de “persuadir” a las empresas de la industria de alimentos para que reduzcan el uso del azúcar en sus productos, aplicándoles impuestos.
Aunado a lo anterior, consumidores más jóvenes y con mejor nivel adquisitivo, están tomando conciencia del problema y han identificado a los gigantes de la industria de alimentos ultra procesados, como los causantes, no sólo del aumento de la obesidad en el mundo, sino de la malnutrición de millones de habitantes. Estas empresas se enfrentan hoy en día con el rechazo de consumidores que prefieren comprar a nuevas y pequeñas empresas, generalmente locales, que ofrecen a los consumidores alimentos más saludables, naturales, bajos en sodio, grasa, azúcares o gluten. Estas nuevas empresas están generando no sólo un cambio en las preferencias de los consumidores, sino una toma de conciencia que está afectando a los gigantes de la industria. Según Euromonitor Internacional, la tendencia es hacia un estilo de vida saludable en donde el veganismo jugará un papel relevante.
Ante esta tendencia, las empresas de alimentos procesados, tendrán que decidir qué tipo de productos quieren ofrecer en el futuro. La oferta de alimentos saludables es la opción que se presume más viable; sin embargo, aunque hoy en día diversas empresas ofrecen productos más saludables, los consumidores siguen desconfiando de la calidad de sus ingredientes y la forma en que éstos fueron producidos, debido a lo bajo de sus precios. Otra opción es que las compañías se apeguen a lo que han sido siempre, empresas que ofrecen alimentos con alto nivel calórico a precios bajos. El consumidor tendrá que elegir entonces. Y es que a veces no es que las empresas no quieran cambiar, sino que al hacerlo romperían completamente con el esquema de ganancias que por años han tenido. Ofrecer alimentos nutritivos, bajos en grasas, azúcar, etc., los cuales son más caros de producir, haría que las ganancias se redujeran de manera importante.
Mientras tanto, los gobiernos de diferentes países, así como organizaciones mundiales, están tomando acciones determinantes; por lo que seguramente, en un futuro no muy lejano, habrá un cambio general en la oferta de estas empresas que beneficie finalmente a los consumidores.
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Ruth García León es docente en la Universidad Ostfalia en Baja Sajonia, Alemania.