Cientos de periódistas, activistas y miembros del Gobierno afgano se reunieron hoy en Kabul para rendir tributo a once periodistas fallecidos en tres recientes ataques en el país, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

«Hoy, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, recordamos, lloramos y rezamos por todos nuestros periodistas asesinados que perdieron la vida en los últimos años, particularmente aquellos seres queridos que murieron estos días en Kabul, Kandahar (sur) y Khost (este)», dijo en el acto el segundo vicepresidente afgano, Sarwar Danish.

El 25 de abril, el conocido periodista Abdul Manan Arghand fue asesinado en Kandahar, mientras que el pasado lunes un atacante suicida del grupo yihadista Estado Islámico (EI) disfrazado de reportero mató a nueve reporteros al inmolarse en el centro de Kabul, media hora después de otra explosión en el lugar.

Ese mismo día fue asesinado a tiros en Khost el periodista de la BBC Ahmad Shah.

El vicepresidente criticó con especial dureza el atentado de la capital por haber sido «directamente planeado contra periodistas» y dirigido a atacar la libertad de prensa«un logro alcanzado a costa de las vidas de muchos periodistas», señaló.

Por ello, prometió que el Ejecutivo y las organizaciones por los derechos de los reporteros desarrollarán un procedimiento específico a seguir a la hora de cubrir un atentado para evitar ataques como el del pasado lunes, ocurrido cuando los medios habían llegado para informar del primer ataque.

En este sentido, un portavoz del Comité para la Seguridad de los Periodistas Afganos (AJSC, en inglés), Wahidullah Tawhidi, criticó al Gobierno por no ser capaz de proteger las vidas de los reporteros a pesar de la implementación de medidas tras cada atentado, con 80 periodistas muertos en los últimos 15 años en Afganistán.

«Primero el EI pidió a los periodistas que publicasen su propaganda y, cuando éstos se negaron, el EI anunció un castigo para ellos», denunció en el acto en Kabul el director de AJSC, Najib Sharifi.

Decenas de periodistas basados en Kabul se manifestaron fuera del recinto para protestar contra el Gobierno y las ONG por no hacer suficiente para garantizar la seguridad y los derechos de los trabajadores de los medios de comunicación.