En Basilea (Suiza), se llevó a cabo durante este mediodía a nivel local el suicidio asistido que había solicitado el científico australiano de 104 años de edad, David Goodall.

De acuerdo a detalles dados a conocer por medios europeos, el anciano murió «acompañado de sus nietos y escuchando la Novena Sinfonía de Bethoveen».

Partió «en paz», fue lo que también comunicó la fundación Eternal Spirit, la cual ayudó en el proceso al también especialista en botánica.

Goodall no sufría de ninguna enfermedad ni problema de salud, sino que simplemente manifestó en reiteradas ocasiones estar «cansado de vivir».

El procedimiento se llevó a cabo mediante una inyección letal de Nembutal, un barbitúrico perteneciente a una familia de fármacos que actúan como sedantes del sistema nervioso central y pueden llegar a producir un efecto de anestesia total. El producto se hizo mundialmente conocido tras ser ocupado también por la célebre actriz Marilyn Monroe.

«Como eligió recibir una inyección letal, el doctor Christian Weber puso una cánula en el brazo de David», que giró la rueda «para que la solución fluyera», relata Eternal Spirit, desde donde añaden que «David se quedó dormido en pocos minutos y murió poco después alrededor de las 12.30».

Desde la fundación también informaron que el docente pidió que su cuerpo sea donado a la medicina. De no ser así, solicitó que sus cenizas sean esparcidas y manifestó que «no cree en la otra vida».