El ministro palestino de Exteriores, Riad Malki, pidió el martes a la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una “investigación inmediata” sobre los supuestos “crímenes” cometidos por Israel contra el pueblo palestino.

La demanda seguro empeorará las ya de por sí malas relaciones entre la Autoridad Palestina, que cuenta con el respaldo de Occidente, y el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Las conversaciones de paz llevan congeladas más de cuatro años y los contactos entre ambos bandos son mínimos.

Hablando con reporteros en la sede de la CPI en La Haya, Holanda, el canciller palestino, Riad Malki, dijo que presentó su pedido a la corte durante una reunión con su fiscal jefe, Fatou Bensouda.

El documento pide una investigación sobre las políticas de Israel en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza desde que el estado palestino aceptó la jurisdicción de la CPI en 2014, agregó.

Esto incluye las políticas de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, además del reciente derramamiento de sangre en Gaza, donde más de 100 palestinos murieron por fuego israelí durante multitudinarias protestas a lo largo de la frontera, explicó Malki.

En Israel hay una cultura de impunidad hacia los delitos cometidos contra palestinos”, dijo Malki. “Esta petición es la prueba palestina al mecanismo internacional de asunción de responsabilidades y respeto a la ley internacional”.

La CPI ha llevado a cabo una pesquisa preliminar desde 2015 sobre supuestos delitos cometidos en los territorios palestinos, incluyendo la política de asentamientos de Israel y supuestos delitos cometidos por ambas partes en la guerra de Gaza de 2014. La iniciativa palestina podría acelerar la decisión sobre la posible apertura de una investigación completa que, en última instancia, podría derivar en acusaciones contra altos cargos israelíes.

La petición se produce en el peor momento en las relaciones israelí-palestinas en años, tras el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén y los incidentes en la frontera de Gaza.

Israel sostiene que estaba defendiendo su frontera y acusó al grupo insurgente Hamas, que gobierna la Franja, de utilizar los disturbios para intentar perpetrar ataques.