Se estrenó un nuevo formato de debate, con mayor interacción, los moderadores más cercanos y formularon mejores preguntas. Por su parte los candidatos se presentaron muy formales, respondieron las preguntas con un muy mal manejo del tiempo ya que en varias ocasiones fueron interrumpidos sin terminar su mensaje, sin duda el tiempo fue una herramienta poderosa que no supieron manejar.

Las gráficas y materiales de apoyo impresos ya no suman en estos debates, en esta ocasión solo les sirvió para ser descalificados, ya que inmediatamente los simpatizantes se movilizaron para refutar las declaraciones, como en los siguientes casos:

José Antonio Meade acusó a Morena de postular como candidata a senadora a una “secuestradora” Nestora Salgado. Esta fuerte declaración le valió que inmediatamente Nestora le contestará en redes sociales lo siguiente:

“La difamación es un delito. @JoseAMeadeK y te reto públicamente a que pruebes tus afirmaciones. Ya basta de que tú y el #PRI criminalicen a los luchadores sociales. ¡No nos vamos a dejar! #MeadeMiente

Salgado fue liberada en 2016 ante la conclusión de su inocencia, fue encarcelada por su activismo en 2012 cuando pobladores de Olinalá, Guerrero expulsaron a las autoridades municipales a través de la creación de una policía comunitaria de la que ella fue nombrada comandante. En 2013 Salgado fue capturada por el Ejército mexicano de manera ilegal bajo los cargos de delincuencia organizada y secuestro. Estuvo en la cárcel de Nayarit, el proceso estuvo colmado de irregularidades en las que incurrió la autoridad mexicana, todo documentado por el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU, el cual, en 2015, denunció que a Salgado se le negó la asesoría consular a la que su doble nacionalidad le daba derecho (estadounidense), sin acceso ante un juez y a un abogado defensor.

Por su parte Ricardo Anaya presentó dos portadas de la revista Proceso con denuncias en contra de José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador, mismas que fueron refutadas al siguiente día por Tatiana Clouthier, coordinadora de la campaña de Obrador, ya que comprobó que había modificado la imagen de la portada para usarla a su favor durante el segundo debate presidencial. Específicamente Anaya recortó u omitió el cintillo de la revista Proceso, edición del 25 de febrero, en la que se resalta: «El Frente de Anaya también recluta fichas negras».

En general, se dedicaron a descalificar como Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, cuando aseguró que Nuevo León es el único estado del país que ha hecho operativos encubiertos para combatir la trata de personas, situación falsa ya que existen datos públicos obtenidos en una revisión hemerográfica prueban que, en los últimos cinco años, otras ocho entidades han llevado a cabo este tipo de operativos.

Por su parte Andrés Manuel López Obrador en tono de reto, recurrió a utilizar un libro titulado Las mentiras de Anaya, que en ese momento parecía ser una mentira, una estrategia risoria como muchas de sus frases y apodos que improvisa, generadores de memes, por cierto, pero resultó que dicho libro si existe de manera virtual. El libro digital se puede consultar en la liga mentirasdeanaya.com, donde se precisan datos biográficos del candidato presidencial, además contiene una recopilación de algunas mentiras e incongruencias, desde sus inicios en las filas juveniles del PRI.

Al final les falló la estrategia de los recursos extras, debieron apostar más por proponer con mensajes directos y por el mejor uso del lenguaje corporal, utilizar recursos de la comunicación emocional para captar la atención y no dejar que los demás nos interesáramos más por los famosos memes.

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