Un informe preliminar publicado este jueves por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos dice que el vehículo autónomo de Uber que el pasado marzo atropelló y mató a una mujer en Arizona no identificó no a la peatona ni frenó.

Los investigadores mantienen que el coche sí percibió a la mujer antes de arrollarla, unos seis segundos antes, pero «el software del sistema de autoconducción clasificó al peatón como un objeto desconocido, como un vehículo y después como una bicicleta». Además, 1,3 segundos antes del impacto el sistema determinó que la detención era necesaria, pero no tuvo lugar porque el frenado de emergencia estaba desactivado.

El reporte de la NTSB explica que este sistema de freno no se activa en los vehículos de Uber cuando están bajo control computarizado debido a que así reducen la probabilidad de movimientos erráticos.

Con el frenado de emergencia desactivado, la NTSB explica que quien debe intervenir en estos casos es el conductor humano, aunque señalan que el sistema de conducción no está diseñado para alertarlo.

El conductor comenzó a virar menos de un segundo antes del impacto, según recoge la investigación, pero no frenó hasta menos de un segundo después del choque. En el vídeo que publicó la policía de Tempe se observa al operador mirando hacia abajo justo antes del atropello.

La víctima de 49 años, Elaine Herzberg, estaba caminando con su bicicleta fuera de un cruce peatonal en una carretera con cuatro carriles de circulación cuando fue atropellada por el coche que circulaba a unas 40 millas por hora, unos 64 kilómetros por hora.

Según el informe, Herzberg no vio en la dirección del vehículo de Uber hasta instantes previos al impacto y dio positivo en las pruebas de metanfetamina y marihuana.

Las conclusiones hechas públicas este jueves casan parcialmente con las avanzadas hace unas semanas por un medio que había tenido acceso a personas relacionadas con la investigación. Estas fuentes confirmaron que Uber había encontrado la causa del accidente determinando que el sistema «estaba bien», pero que «decidió» que no era necesario tomar medidas evasivas por detectar a la mujer como un falso positivo.

Precisamente el miércoles, Uber puso fin a sus operaciones con coches autónomos en Arizona, donde ocurrió todo, y despidió a sus 300 conductores. La compañía, según Reuters, no ha hecho comentarios sobre los hallazgos publicados en el informe preliminar de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos.