Aviones israelíes bombardearon Gaza el martes, horas después de que insurgentes de la Franja lanzaron más de 25 proyectiles de mortero hacia comunidades en el sur de Israel en el que podría ser el mayor incidente registrado en la zona desde la guerra que enfrentó a Hamas, el grupo que gobierna el territorio, con Israel en 2014.

Los proyectiles insurgentes, que no causaron heridos, fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro, explicó el ejército de Israel, aunque uno cayó cerca de un jardín de infantes poco antes de su apertura.

El incidente se produjo en un momento de gran tensión en la frontera entre Gaza e Israel y se esperaba una contundente respuesta de las autoridades israelíes.

“Israel cobrará un alto precio a aquellos que buscan hacerle daño y consideramos a Hamas es el responsable de prevenir estos ataques”, dijo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras el ataque.

Poco después de la advertencia, la aviación israelí comenzó a bombardear lo que según funcionarios de seguridad en Gaza era un campo de entrenamiento del grupo insurgente Yihad Islámica. Pudo verse una columna de humo cerca de la localidad de Deir al-Balah, en la costa, y el ejército dijo que las explosiones registradas en la zona estaban relacionadas con su actividad. No se reportaron heridos.

Se cree que la milicia Yihad Islámica estuvo detrás de los ataques con la autorización de Hamas.

“Estamos defendiendo el derecho a retornar además de respondiendo a los crímenes sionistas”, manifestó Khaled al-Batsh, un líder de Yihad Islámica en el territorio.

El bombardeo puso de manifiesto que la “resistencia es capaz de dañar a la ocupación y lo demostró hoy, respondiendo a sus delitos”, apuntó Ismail Radwan, un funcionario de Hamas.

Radwan habló mientras un barco de lleno de estudiantes y pacientes partía del puerto de Ciudad de Gaza con el objetivo de romper el bloqueo naval impuesto hace 11 años por Egipto e Israel luego de que la milicia radical tomó por la fuerza el control de la Franja.

La expedición podría generar además nuevas confrontaciones y violencia ya que las autoridades israelíes impiden que las embarcaciones que salen de Gaza puedan alejarse más de seis millas en el Mar Mediterráneo. Hamas reconoció que se trata de un acto fundamentalmente simbólico.

En el sur de Israel, residentes enojados denunciaron que se sentían vulnerables tras 15 años de amenazas desde la vecina Gaza, aumentando la presión sobre el gobierno para que tome represalias.

Adva Klein, que vive en la comuna de Kfar Aza, dijo que apenas pudo dormir una o dos horas durante la noche por la incesante llegada de proyectiles y las sirenas de advertencia. Otros residentes reportaron disparos de ametralladora desde Gaza.

“Ha sido una mañana realmente aterradora”, señaló Adele Raemer, que vive en la comunidad de Nirim.

El ministro israelí de Defensa, Avigdor Lieberman, se reunió con la cúpula militar del país en Tel Aviv para abordar la situación.

Las tensiones en la frontera aumentaron en las últimas semanas por las multitudinarias protestas de los palestinos, que piden el final del bloqueo impuesto por Israel y Egipto en 2007.

Más de 110 palestinos fallecieron por fuego israelí, la mayoría durante las marchas lideradas por el grupo insurgente. Las protestas tuvieron su punto álgido el pasado 14 de mayo, coincidiendo con la inauguración de la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusalén.