El presidente de España, Pedro Sánchez, anunció hoy que permitirá que el «Aquarius» con 629 inmigrantes a bordo atraque en el puerto Valencia.

La embarcación que rescató de aguas libias a 629 emigrantes lleva desde el sábado sin poder atracar ante la negativa del gobierno de Italia, que cerró sus puertos por primera vez e insistió en que Malta acogiera a los rescatados.

«Es nuestra obligación ayudar a evitar una catástrofe humanitaria y ofrecer ‘un puerto seguro’ a estas personas, cumpliendo de esta manera con las obligaciones del Derecho Internacional», afirma el comunicado del Gobierno de España.

Madrid está en coordinación con el gobierno de la región española de Valencia para coordinar la llegada del buque, barco Aquarius de la ONG francesa Sos Méditerranée.

Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, ha subrayado que se trata de razones humanitarias y ha lamentado que el barco esté, en estos momentos, «abandonado» en el Mediterráneo de forma «profundamente injusta».

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, también ha ofrecido el puerto de la ciudad para que se produzca el desembarque.

El nuevo ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha cumplido con su negativa su promesa de poner punto final al campo de refugiados de Sicilia.

Además, Salvini y el ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, del Movimiento 5 Estrellas (M5S), pidieron en un comunicado que «Malta asumiera sus responsabilidades» y acogiera a estas personas.

No obstante, algunos ayuntamientos italianos, como Nápoles, Livorno, Palermo o Crotone, han ofrecido hoy al Gobierno italiano sus puertos para acoger a los centenares de inmigrantes que se encuentran a bordo del «Aquarius».

A bordo del Aquarius, Anelise Borges, corresponsal de Euronews, describe la kafkiana espera de la embarcación de rescate y un contencioso entre Malta e Italia que viene de lejos.