La fiscalía y la policía allanaron el miércoles la sede del Tribunal Eclesiástico en Santiago de Chile y la diócesis de Rancagua en busca de documentos vinculados con presuntos abusos sexuales sufridos por menores de edad a manos de integrantes de la Iglesia católica local.

El procedimiento en Santiago fue liderado por el fiscal Emiliano Arias, quien investiga a un grupo de 14 sacerdotes de la diócesis de O’Higgins para establecer si habrían mantenido relaciones sexuales con menores a cambio de beneficios económicos para ellos y sus familias.

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Sergio Pérez fue el fiscal a cargo en Rancagua.

En Chile todos estamos sometidos a la justicia ordinaria”, dijo Arias a periodistas poco antes del allanamiento del Tribunal ubicado en la sede del Arzobispado de la capital chilena.

Arias confirmó después a una televisora local que solicitó y se llevó consigo toda la documentación sobre las investigaciones hechas por la Iglesia sobre los abusos a menores desde 2007, año en que se modificó la ley de prescripción de estos delitos.

El fiscal afirmó que espera que se genere la confianza para que las denuncias lleguen a producirse también a través de la justicia civil y no queden reducidas al ámbito eclesiástico.

El allanamiento se produjo tras haber solicitado primero la documentación a Rancagua, que a su vez transmitió la petición al Vaticano, y la respuesta fue que se solicitara la información a través de otro procedimiento, por lo que se optó por la autorización de los jueces, relató el fiscal a CNN Chile.

Arias puntualizó durante la mañana que sus acciones no estaban dirigidas contra la Iglesia católica, sino hacia algunas personas vinculadas a la institución que presuntamente habrían realizado acciones constitutivas de delito.

El arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Ricardo Ezzati, afirmó que “el Arzobispado de Santiago entregó al señor fiscal toda la documentación solicitada” y reiteró la “disponibilidad de colaborar con la justicia civil en todo lo que sea requerido”.

El allanamiento se produjo en momentos en que el sacerdote español Jordi Bertomeu, funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y monseñor Charles Scicluna, considerado el mejor investigador de abusos sexuales del Vaticano, se encuentran en Chile para indagar sobre abusos sexuales contra menores cometidos por clérigos o religiosos.

Scicluna y Bertomeu se reunieron en la tarde con cuatro fiscales chilenos, entre ellos Arias; el fiscal nacional Jorge Abbott; el representante de la Fiscalía Sur, Raúl Guzmán; y el de la región del Maule, Mauricio Richard, para fomentar la colaboración entre la Iglesia y el Ministerio Público.

Vinimos fundamentalmente en busca de colaboración para las investigaciones que nosotros estamos llevando adelante que tienen relación con abusos que han sufrido fundamentalmente menores (por parte de personas vinculadas a la Iglesia)“, aseguró Abbott.

También señaló que los allanamientos realizados en la mañana fueron procedimientos judiciales normales realizados con autorizaciones judiciales. Los fiscales a cargo de los allanamientos se mostraron satisfechos por la información incautada en ambas instancias.

Además confirmó que en los próximos días se solicitará al Vaticano información que puede ser relevante para estas investigaciones.

En cuanto a la reunión con Scicluna, el fiscal afirmó que se compartió con él “la necesidad absoluta de la cooperación entre la Iglesia y el Estado de Chile” para hacer avanzar las investigaciones y “poder establecer quiénes son los responsables e instar por el castigo de los mismos”.

El compromiso es de una mayor colaboración entre ambas instituciones”, y particularmente de aquellas víctimas que llegan a hacer denuncias a una oficina que va a abrir la Iglesia a estos efectos e incentivar que las personas puedan ir a denunciar al Ministerio Público.

Vamos a establecer un sistema de relacionamiento”, señaló el fiscal Abbott, para dar a las víctimas “la protección necesaria que requieran para que puedan hacer libremente las denuncias que correspondan” con el fin de identificar a los responsables y establecer la verdad en estos casos.

Scicluna y Bertomeu son responsables de un informe de 2 mil 300 páginas que elaboraron tras recoger 64 testimonios de agresiones sexuales en febrero, lo que llevó al papa Francisco a afirmar a fines de mayo que en la Iglesia chilena hay “una cultura del abuso y del encubrimiento”.