Las personas suelen ser tan felices como hacen que lo sean sus mentes.

Abraham Lincoln

 

Todo ser humano a lo largo de su existencia se ha preguntado ¿Cuál es el objetivo de la vida? Y la respuesta es muy variada, muchos piensan que vienen a esta vida a trabajar, otros consideran que el acumular (dinero, bienes, títulos, cosas materiales) es el fin, existen los que se entregan a una vida de recogimiento (actitud de la persona que se aísla del trato con la gente), algunos consideran que es la entrega a una vida espiritual ya que asocian la felicidad a un estado del alma donde el ser se siente en paz, pero son los menos los que reflexionan que el objetivo de la vida reside en la felicidad.

La palabra feliz viene del latín felix, felicis con el significado de “fértil”, “fecundo”. Esta palabra tiene su origen en el mundo agrícola. Los poetas romanos hablaban de “arbor felix” para referirse a un árbol que daba muchos frutos. Plinio decía que los árboles que no daban frutos se llamaban “infelices”. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española la definición de felicidad es el estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

Por lo tanto, la felicidad es un estado de ánimo que supone una satisfacción. Quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido. El ser humano suele sentir felicidad cuando alcanza sus objetivos y cuando logra solucionar los distintos retos que se enfrenta en su vida cotidiana. Las personas que se sienten autorrealizadas y plenas son más serenas y estables, ya que logran un equilibrio entre las cargas emocionales y las cargas racionales.

Se ha llegado a la conclusión que la felicidad entre otras cosas: a) activa todo el cuerpo; b) cambia nuestro código genético; c) las personas son más felices cuando se ayudan; d) las personas materialistas son menos felices, porque dan un enfoque a su felicidad orientado hacia lo que quieren en el futuro y e) el envejecimiento cambia lo que te hace feliz, con la edad, las personas obtienen más placer de las experiencias cotidianas.

Un grupo de profesionales realizó un estudio en el que se les preguntó a más de 200 personas entre las edades de 19 y 79 sobre las experiencias felices que habían tenido. Pero fue la gente de más edad, las que lograron extraer más placer de las experiencias relativamente comunes, como pasar tiempo con la familia, la mirada de un ser querido o un paseo por el parque. Se estableció que después de los 50 años pueden sobrevenir varios episodios que empujan a la depresión, pero las investigaciones han encontrado suficientes evidencias como para sostener que a partir de los cincuenta aumenta la sensación de felicidad.

El autor, periodista y activista estadounidense Jonathan Rauch, autor del libro “La Curva de la Felicidad: ¿Por qué la vida mejora después de los 50?”, sostiene que “nuestra satisfacción con la vida decae durante la veintena y la treintena, se agudiza a fines de la cuarentena y, cuando parece destinada a tocar fondo, remonta a partir de los 50 años, y no hace más que crecer hasta llegar a los ochenta”.

Rauch recoge en su libro historias personales, los resultados de las más recientes investigaciones, así como entrevistas con economistas, psicólogos y neurocientíficos. Se basa principalmente en las investigaciones de los economistas David Blanchflower y Andrew Oswald, quienes detectaron en 2008 esa forma de variación de la felicidad en sujetos de 80 países. Los investigadores llegaron a situar el punto más bajo de la curva entre los 46 y 55 años.

La felicidad es una de las satisfacciones más importantes del ser humano, tanto que el 28 de junio de 2012 fue instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas el Día Internacional de la Felicidad, a celebrarse cada año el 20 de marzo, iniciando esto por primera vez en el año 2013. La reciente clasificación (2018) sobre los países más felices del mundo, según la lista de la Red de Soluciones para un Desarrollo Sostenible, que trabaja en conjunto con la ONU, establece que, para los países de América Latina, Costa Rica, en el puesto número 13, es el país más feliz de la región. Está seguido por México, que alcanzó el lugar 24. Después encontramos a Panamá (27), Brasil (28), Argentina (29), Guatemala (30) y Uruguay (31). Haití clasificó en el lugar 148 de entre un total de 156 países.

Es así, amable lector que el ser feliz debe ser una elección que está en nuestras manos, no en las de nadie más. La felicidad es una elección diaria. Seamos felices.

 

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