El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, agradeció a Brasil el martes por recibir a los venezolanos migrantes que huyen de la crisis en su país, pero advirtió a los centroamericanos que huyen de la violencia en sus países que no intenten entrar a Estados Unidos sin autorización.
Pence anunció que Estados Unidos proporcionará al menos 10 millones de dólares adicionales para apoyar a los migrantes venezolanos, además de los 1,2 millones de dólares que se destinarán a Brasil, pero exhortó a los centroamericanos a que construyan “sus vidas en sus países de origen”.
Ese mensaje aparentemente contradictorio puso de relieve el delicado movimiento que Estados Unidos quiere lograr: sancionar y aislar al gobierno socialista del presidente venezolano Nicolás Maduro, mientras mitiga los efectos en los venezolanos. Al mismo tiempo, quiere detener el flujo de migrantes que cruzan sin autorización su frontera.
Al dirigirse a la prensa luego de su reunión con el presidente brasileño Michel Temer, Pence dijo que tenía un mensaje “directo del corazón” para los centroamericanos. “Si no pueden venir legalmente, no vengan”.
Durante su reunión, Pence y Temer hablaron de los niños brasileños separados de sus padres que fueron detenidos mientras cruzaban la frontera suroeste de Estados Unidos. Temer le dijo a la prensa que pidió a Pence “atención especial para asegurar una rápida reunificación familiar”. Temer ofreció la ayuda de Brasil para repatriar a los menores brasileños.
Venezuela, que experimenta un colapso económico peor que la Gran Depresión, iba a ser el foco del viaje de esta semana de Pence a la región antes de que la controversia por las políticas inmigratorias estadounidenses en semanas recientes obligara al vicepresidente a cambiar el enfoque. El gobierno de Trump quiere aislar aún más al gobierno de Maduro, quien fue reelegido el mes pasado en comicios calificados de ilegítimos por Washington y otros gobiernos.
“El colapso de Venezuela crea una crisis humanitaria que lleva a una extensa privación, la negación de servicios básicos y hambruna”, dijo Pence. “Ha ocasionado el éxodo trasfronterizo más grande en la historia de nuestro hemisferio”.
El vicepresidente elogió el apoyo de Brasil a las sanciones económicas contra su vecino y por tomar el liderazgo en los esfuerzos para aislar a Maduro, incluso cuando dijo que Brasil y otros países en la región deberían hacer más. Pence planea visitar un centro de migrantes venezolanos en el Amazonas brasileño el miércoles.
Nunca quedó claro qué lograrían las relaciones entre Brasil y Estados Unidos en este viaje dado que Temer es sumamente impopular y que prácticamente no tendrá poder antes de las elecciones presidenciales de octubre. Los funcionarios sólo hicieron comentarios imprecisos en temas no relacionados con migración. Ambos dijeron que acordaron aumentar el espacio de cooperación y trabajar para disminuir las barreras comerciales luego de que Estados Unidos impusiera hace poco restricciones en las importaciones del acero y aluminio brasileño, aunque no dieron detalles.
Durante la conferencia de prensa, Temer bromeó al decir que espera que Pence apoye al equipo brasileño de fútbol, que jugará contra Serbia el miércoles. Pence respondió que apoyará a Brasil mientras esté en tierras brasileñas.
Pence irá después a Ecuador, en donde se espera que intente presionar más a Venezuela.
El jueves, en Guatemala, Pence se reunirá con los presidentes de Guatemala y Honduras, y el vicepresidente de El Salvador para hablar de la inmigración a Estados Unidos.