El diario deportivo Récord reveló que el capitán de la Selección Mexicana de Futbol y mediocampista del Real Betis de la Liga de España, Andrés Guardado, jugó lesionado sus partidos con el Tri antes y durante el mundial de futbol Rusia 2018.

¿Cómo? Infiltrándose en todos los juegos.

La infiltración consiste en inyecciones de antiinflamatorios en la zona afectada, con el fin de generar una sensación de alivio en la zona afectada ya sea por lesiones u operaciones.

En el caso particular de Guardado, se trató de la lesión muscular que sufrió en el muslo derecho ante Las Palmas el 19 de abril, volvió a jugar con el Betis también con dolor.

No he salido del dolor, le dije al doctor que, si es necesario, me infiltre. Pero debo pensar en el futuro, también en el mundial. Me gustaría estar dentro del campo en esta recta final”, reveló en su momento.

Una vez en la concentración de la Selección Nacional, el 16 de mayo, el mediocampista fue operado en Torreón, Coahuila, por el doctor Jorge Clifton, quien le realizó un lavado quirúrgico y una descompresión del nervio peroneal por atrapamiento.

Aunque la operación fue exitosa y la rehabilitación se esperaba rápida y sencilla, el dolor persistió; no obstante, El Principito Guardado soportó y llevó la rehabilitación de la mejor forma para jugar el amistoso contra Dinamarca y los partidos del Tri en el mundial; es decir, 307 de 360 minutos en la justa veraniega.

Sin embargo, su presencia en el 11 verde peligró, pues el técnico Juan Carlos Osorio reconoció que aún existía riesgo en el estado físico de Guardado, por lo que cuando se descartó al lesionado Diego Reyes, en lugar de llamar a un defensa trajo a Erick Gutiérrez para que jugara en la posición del capitán por si este fuera baja ante una recaída.