El líder de Corea del Norte, Kim Jongun, quedó insatisfecho con la producción y avance en las labores y obras de construcción de varias sedes industriales y sociales, de acuerdo con la agencia de noticias del régimen KCNA.

Primero, en una visita a la “fábrica de maletines de Chongjin, Kim Jong-un se dijo insatisfecho con la calidad de los productos y las condiciones en las que estos son producidos.

En palabras de Kim, entre las fábricas de varias regiones del país hay diferencias en el nivel de producción por “el punto de vista ideológico de los funcionarios sobre la política del partido”.

Después, el dictador inspeccionó la construcción de la Central Hidroeléctrica Orangchon, que lleva más de 30 años y no ha sido terminada, por lo que expresó su indignación ante el retraso.

De manera enojada” el mandatario reprochó fuertemente a los funcionarios que no visitaron la obra “ni una vez”, y a los que no se concentran en el trabajo, ya que no hay “éxito visible”; por ello, ordenó la obra esté terminada a más tardar el 10 de octubre de 2019.

Luego, en el también inconcluso Hotel Yombunjin, el líder “calificó de muy mal” síntoma que la construcción superara el plazo previsto.

Por último, en la Casa de Reposo de Onpho, Kim, indicó que los baños públicos estaban “sucios, oscuros y era antihigiénicos”, por lo que ordenó la reconstrucción completa del equipamiento, ya que, afirmó, los problemas de calidad y retrasos “generan mala reputación para (la memoria de) Kim Ilsung y Kim Jongil”.