El 71 por ciento de las personas indígenas, es decir, 8.3 millones de habitantes, se encontraba en situación de pobreza en 2016, con rezagos importantes en muchos rubros, destacó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Cifras del consejo revelan que 3.2 millones de personas indígenas presentaban tres o más carencias sociales y no tenían la capacidad económica para adquirir la canasta básica, lo que los colocó en una situación de pobreza extrema.
Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Estado de México, Puebla y Yucatán concentraban en 2015 el 64.8 por ciento de la población indígena.
Cinco de estas entidades tienen niveles de pobreza superiores al porcentaje nacional (43.6 por ciento), entre ellas, Oaxaca y Chiapas con 70.4 y 77.1 puntos porcentuales, respectivamente.
“La población indígena, sin importar la variable que se elija, registra rezagos importantes respecto al resto de la población. La marginación y precariedad se agravan cuando, además de indígena, es mujer o es adulto mayor, de acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018 (IEPDS)”, indicó el Coneval.
Asimismo, alertó que el desarrollo de las personas indígenas sigue siendo obstaculizado, con el 71.3 por ciento del total de población indígena ganando solo un salario mínimo.
En otros rubros, durante 2016, más del 30 por ciento de las personas indígenas presentaba carencia de acceso a la alimentación, casi 8 de cada 10 no tenía seguridad social y 56.3 por ciento no contaba con servicios básicos en la vivienda.
Por ello, el Coneval “sugiere transitar a un enfoque de inclusión plena, en el que, cualquier persona del país tenga las mismas oportunidades de desarrollo”.
Al respecto, el consejo consideró necesario “implementar políticas públicas dirigidas a los pueblos indígenas que contribuyan a mejorar sus capacidades para que compitan en el mercado laboral y así, además de impulsar el empleo de calidad, puedan acceder a la seguridad social”.
Por último, planteó que se diseñen políticas públicas que respeten los patrones culturales y tradiciones de los pueblos indígenas y que promuevan sus valores culturales como fuente de identidad.