Un total de 440 personas, entre ellas, una veintena de policías antimotines, recibieron tratamiento médico en la capital de Rumania luego que una protesta contra el gobierno se tornó violenta.
El Servicio de Emergencia de Bucarest-Ilfov dijo que de ellas, 65 personas, incluyendo nueve policías, fueron llevadas al hospital. No hubo más reportes de heridos graves.
Algunas personas sufrieron heridas en la cabeza y otras partes, mientras que otras fueron afectadas por el gas lacrimógeno, dijo el servicio.
La manifestación contra el gobierno en Bucarest el viernes congregó a decenas de miles de personas, entre residentes locales y llegadas del extranjero, para demandar la renuncia del gobierno luego de medidas que críticos dicen dificultará más enjuiciar casos de corrupción.
Se volvió violenta por la noche luego que la policía antimotines disparó gas lacrimógeno y cañones de agua para disolver la protesta. Algunos manifestantes lanzaron rocas, botellas y bombas de humo contra la policía.
Hubo acusaciones de que hooligans de futbol habían infiltrado la protesta generalmente pacífica y cometieron deliberadamente actos de violencia.
El presidente Klaus Iohannis, fuerte crítico del gobierno, condenó “la brutal intervención de la policía antimotines”.