Moody’s, la calificadora de riesgo crediticio, prevé que México mantenga un crecimiento económico estable en el primer año del próximo gobierno federal y que no haya un aumento significativo en el déficit fiscal.
“Durante el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador esperamos cierta inercia en las políticas, especialmente con respecto a la administración fiscal, dado que la saliente administración está preparando el borrador del presupuesto 2019”, expuso la analista de Moody’s, Sandra Beltrán.
Explicó que “debido a que el desempeño económico de México ha mostrado resiliencia ante la constante incertidumbre, más recientemente relacionada con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), esperamos ver un crecimiento estable del Producto Interno Bruto (PIB) de un dígito en 2018-19, y no esperamos que el déficit fiscal incremente significativamente el próximo año”.
Además del déficit fiscal, destacó que la calidad crediticia de los corporativos mexicanos se mantendrá estable para la mayoría de los sectores industriales hacia mediados de 2019.
Sin embargo, cambios a las políticas energéticas del país elevan los riesgos para la industria del petróleo y del gas, en particular para Petróleos Mexicanos (Pemex), aclaró la analista.
Explicó que los límites al precio de los combustibles, la necesidad de construir nuevas refinerías o modernizar las existentes, así como retrasos en las subastas de petróleo y gas con inversionistas extranjeros, pudieran interrumpir el negocio de la compañía.
Beltrán consideró que mientras persista la incertidumbre en torno a las políticas de la próxima administración en general y estén en proceso las negociaciones del TLCAN, los mercados financieros seguirán siendo vulnerables a periodos de mayor volatilidad.
En un reporte, destacó que la debilidad del peso dará el próximo año un impulso al sector hotelero que depende de Estados Unidos, aunque el tema de la seguridad y la menor actividad industrial presentan algunos riesgos.
“La administración de López Obrador probablemente cambie el proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México hacia el sector privado en lugar de cancelarlo, y no se ve factible que cambie la actual política de vivienda de manera significativa; mientras que los desarrolladores construirán vivienda de mayor costo y márgenes más altos”, puntualizó.