El Banco de México (Banxico) advirtió que la política económica de la próxima administración federal podría generar mayor inflación y una fuerte desaceleración, los cuales podrían presentarse de forma simultánea.

Dichos factores podrían verse potencializados por un entorno de bajo volumen de comercio internacional, el riesgo del alza en los precios del petróleo y la posibilidad de una recesión en Estados Unidos.

Cinco miembros de la junta de gobierno de Banxico expresaron estos temores en la reunión del pasado 2 de agosto, cuando se decidió, por unanimidad, mantener la tasa de referencia en 7.75 por ciento.

El diario El universal indicó que en dicha junta se planteó la posibilidad de una fase cíclica de la economía en que la inflación se sitúe con persistencia por encima de su meta, mientras la economía muestra una fuerte desaceleración e incluso por debajo de su potencial.

Así, algunos miembros destacaron como factor a considerar, los efectos que pudieran tener los posibles cambios en la política económica de la nueva administración, como el cambio en la política de determinación del salario mínimo.

Uno de los miembros agregó a la lista de riesgos para los mercados nacionales y el tipo de cambio la incertidumbre entre inversionistas sobre las características del paquete económico que presentará el próximo gobierno federal al Congreso de la Unión.

Por ello, algunos señalaron que un elemento crucial en los próximos meses para mantener la salud macroeconómica serán las acciones en materia de finanzas públicas.

Asimismo, la solidez de las finanzas públicas dependerá de posibles presiones derivadas del gasto público en distintos rubros como los pagos de pensiones, el gasto en salud y el costo financiero de la deuda.

A esto último podría sumarse, según otro miembro directivo de Banxico, podría añadirse el gasto en inversión de empresas productivas del Estado que se contempla en el próximo sexenio.