Exfuncionarios de seguridad de Estados Unidos criticaron duramente el jueves a Donald Trump, reprendiéndolo por quitarle su acreditación de seguridad a un exdirector de la CIA, en lo que dicen es un acto de venganza política.
Trump dijo que tenía que hacer “algo” acerca de la “amañada” investigación federal sobre la interferencia rusa en las elecciones.
La confesión del mandatario de que el extraordinario acto de venganza contra un ex alto funcionario estaba ligado a su frustración por la investigación rusa, puso de relieve su disposición a utilizar su poder ejecutivo para luchar contra una pesquisa que considera una amenaza a su presidencia. Expertos en leyes dijeron que la disputa podría agregarse a la evidencia que revisa el fiscal especial Robert Mueller.
En un artículo de opinión en The New York Times, el exdirector de la CIA John Brennan dijo que la decisión de Trump, anunciada el miércoles, de negarle acceso a información secreta era un intento desesperado de poner fin a la investigación de Mueller. Brennan, quien ocupó su puesto durante la presidencia de Barack Obama y se ha convertido en un abierto crítico de Trump, dijo que las declaraciones del mandatario de que no hubo colusión son “bazofia”.
La única pregunta que queda por contestar es si la colusión representa una “conspiración de consecuencias penales”.
Horas después, el almirante retirado de la Armada que estuvo a cargo del operativo en el que murió Osama bin Laden, calificó las medidas de Trump de “tácticas macartistas”. En un artículo en The Washington Post, William H. McRaven dijo que si Trump también le rescinde su acreditación de seguridad lo “consideraría un honor”.
“A través de sus acciones, usted nos ha avergonzado a los ojos de nuestros niños, nos ha humillado en el escenario mundial y, lo peor de todo, nos ha dividido como nación”, escribió McRaven.
A eso le siguió el jueves por la noche una carta conjunta de 12 ex altos funcionarios de inteligencia que consideraron que la medida de Trump es “irreflexiva y sin precedentes”. Dijeron que “no tiene nada que ver con quién debería y quién no debería tener acreditaciones de seguridad, y todo que ver con un intento por sofocar la libertad de expresión”.
Entre los firmantes están seis exdirectores de la CIA, cinco exsubdirectores y el exdirector de Inteligencia Nacional, James Clapper. Dos de los que firman _Clapper y el exdirector de la CIA Michael Hayden_ han aparecido en una lista que tiene la Casa Blanca de personas a las que también podrían revocárseles sus acreditaciones de seguridad.
El miércoles, Trump relacionó abiertamente su decisión de quitarle las acreditaciones a Brennan _y amenazar con hacer lo mismo a casi una docena de funcionarios y exfuncionarios_ a la investigación en curso sobre la interferencia rusa en las elecciones y la posible colusión con su campaña. En una entrevista con The Wall Street Journal, Trump calificó la investigación de “cacería de brujas amañada” y dijo que “¡esta gente la dirigió!”.
“Por eso creo que es algo que se debía de hacer”, agregó.
En sus comentarios, el presidente se alejó de la explicación oficial proporcionada por la Casa Blanca horas antes el miércoles que mencionaba “los riesgos” que representaba la presunta “conducta y comportamiento erráticos” de Brennan. Fue el ejemplo más reciente en el que el mandatario contradice una historia que sus asesores habían dado para explicar sus motivaciones.
A los exdirectores de la CIA y otros altos funcionarios de seguridad les suelen permitir mantener sus acreditaciones, al menos durante un tiempo. Sin embargo, Trump dijo el miércoles que está revisando las habilitaciones de otros exfuncionarios de inteligencia y judiciales, incluidos el exdirector del FBI James Comey y el actual funcionario del Departamento de Justicia Bruce Ohr. Todos son críticos del presidente o personas que Trump considera que están en su contra.
El comunicado inicial de la Casa Blanca sobre la acreditación de Brennan no hizo referencia a la investigación de Rusia. En lugar de eso, el presidente dijo que cumplía con su “responsabilidad constitucional de proteger la información secreta de la nación”, aunque no dio ningún indicio de que Brennan estuviera exponiendo inadecuadamente los secretos de la nación.