La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció este miércoles la petición de la Fiscalía de Arabia Saudita de condenar a muerte por primera vez a una mujer, la activista Israa al Ghomgham, acusada de participar en protestas.

Hiba Zayadin, investigadora saudí de HRW, dijo a la agencia Efe que la Fiscalía Pública, que informa directamente al rey saudí, Salman bin Abdelaziz, pidió “su ejecución y es la primera vez que recomienda que una mujer sea condenada a muerte”.

Si la condena se produce, HRW considera que se marcaría un “precedente peligroso” para otras mujeres activistas que se encuentran ahora tras las rejas.

Israa al Ghomgham, chií, es conocida por participar y documentar las multitudinarias protestas que se dieron a principios de 2011 en el este de Arabia Saudita en demanda del fin de “la discriminación sistemática contra los chiíes saudíes en un país de mayoría suní”, según HRW.

La activista y su esposo fueron detenidos el 6 de diciembre de 2015 y fueron recluidos en la prisión de Al Mababith, en Dammam.

Los saudíes han impulsado una imagen como reformadores, como modernos, abiertos a los negocios, pero la realidad en el terreno es diferente”, aseveró Zayadin.

La investigadora de HRW añadió que países aliados a Arabia Saudita, como Reino Unido o Estados Unidos, deberían actuar en defensa de los activistas detenidos por “hablar” en el reino.

La Agenda 2030 que Arabia Saudí vende a occidente parece ser, en este punto, toda una mentira, dado como están actuando contra los disidentes”, apuntó.

El proyecto “Visión 2030”, aprobado en 2016 e impulsado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, contempla reformas estructurales de fondo, como reducir la dependencia del petróleo, desarrollar inversiones en otras áreas productivas y y reformas sociales, así como el levantamientos de prohibiciones, como el veto de conducir a las mujeres, el cual fue eliminado en 2017.