Hawái se ha librado del que pretendía ser el peor huracán que azotaba la isla en el último cuarto de siglo. El huracán Lane ha ido perdiendo fuerza hasta convertirse en tormenta tropical, pero a pesar de ello ha golpeado con fuerza las costas hawaianas.

Las fuertes lluvias han provocado inundaciones generalizadas y deslizamientos de tierra en algunas áreas. Además, los vientos han provocado el bloqueo de numerosas calles por árboles caídos en las islas de Maui y la Isla Grande del archipiélago hawaiano, de acuerdo con el Departamento de Transporte de Hawái.

A pesar de haber perdido intensidad, las autoridades advierten que aun existe peligro por las intensas lluvias y los desprendimientos de tierra. Algunos meteorólogos de la zona también han avisado a la población que se esperan inundaciones principalmente en las islas de Oahu y Maui, por lo que no se debe bajar la guardia.

Las previsiones apuntaban a que Lane, que alcanzó su punto máximo como un huracán de categoría 5 con vientos máximos sostenidos de 260 kph a principios de la semana, disminuiría a una depresión tropical para la madrugada del domingo, pero se ha avanzado. El giro de los acontecimientos fue bien recibido por los residentes que habían pasado gran parte de los últimos días abasteciéndose de comida, agua, gasolina y baterías y abordando sus ventanas.

Aún así, la tormenta planteó un riesgo meteorológico considerable para grandes partes del estado, con la isla de Hawai, popularmente conocida como la Isla Grande, que soportó el peso de las torrenciales lluvias de Lane.