El nombre de las personas marca su vida. Al menos ese fue el caso de , un niño que hasta los ocho años se llamó Zurizadai, el cual no es muy extravagante y tiene origen bíblico; sin embargo, se convirtió en el blanco de las burlas de sus compañeros de la escuela, al grado de pedirle a su mamá que no lo llevara más al colegio, al menos no en los eventos públicos.

Isaac, quien hoy tiene 12 años, padeció bullying ocho años. Narró que no hubo un sólo día en que sus compañeros de clases no lo hostigaran haciendo combinaciones de su nombre con el de animales, plantas, personajes de caricaturas o de películas.

Comentó que hubo casos en los que se resistía a aparecer en actos públicos: “Me decían que era una nena, una niñita y me comparaban con nombres de caricaturas, ya no quería ese nombre”, por lo que eligió llamarse Isaac.

“Siempre regresaba llorando y no comprendía por qué, su nombre no estaba fuera de lo normal, pero decían que era de niña.

Él se sentía incómodo”, recordó Roxana Ayala, su mamá. Desde que ella se casó imaginó los nombres de sus hijos, platicó; Zurizadai le pareció bonito, con fuerza y personalidad, pero no imaginó el daño que le haría al mediano de sus tres hijos, quienes se llaman Aarón y Hugo.